Han pasado diez años del asesinato del joven universitario villanuevero Luis Andrés Colmenares Escobar, un nuevo 31 de octubre y la opinión pública nacional continúa en pie de lucha pidiendo justicia, justicia, y el padre de Luis Andrés no descansa clamando justicia, pero¿cuándo llegará esa justicia para que el alma de ‘Luigi’ descanse en paz? ¿Cuándo llegará esa justicia que tanto cojea en un país marcatizado por la corruptela y el amañamiento de los intereses particulares? ¿Cuándo llegará esa justicia para que los desvelos y las luchas en contra de los intereses económicos de los implicados, de sus padres Luis Alonso y Oneida, descansen en paz, después de esa horrible noche? Horrible noche, que todavía no ha cesado, por que los implicados a través del poder económico han manipulado las pruebas y con sus abogados marrulleros y maquiavélicos los han mostrado como unos “angelitos” y presentando el caso de asesinato de Luis Andrés, como si este hubiera sido un accidente. ¿Accidente? ¡Mamola!
“Pobre angelita”, como Laura Moreno que se hizo la desmayada el día del suceso, tal como lo informaron bajo juramento dos bomberos de la ciudad capital, sobre la hora y el lugar en que supuestamente se encontraba el cuerpo inerte del joven universitario, prueba esta contundente, donde la joven universitaria a todas luces mintió.
Los penalistas, que hay que reconocer que son muy buenos por todo el tiempo que lleva el proceso y sus actuaciones procesales y teatrales así lo confirman, han tratado de confundir y lo lograron a los jueces, a la Fiscalía y a la opinión pública, sobre este horrible crimen que tiene expectantes a toda Colombia hasta el día de hoy y que ha centrado el interés de los medios privados de televisión y de la prensa nacional. Los supuestos testigos arremetieron contra el padre de Luis Andrés, como si Luis Alonso les hubiera pagado para mentir. ¡Qué desfachatez!
Como van las cosas, según los abogados de la defensa de los implicados en el crimen, Luis Alonso Colmenares Rodríguez, será el culpable y tendría que pagar condena por contratar falsos testigos. Diez años de la ausencia de Luis Andrés, diez años que fueron truncados sueños, metas, planes de los que sería un profesional brillante para Colombia, liderazgo, amor filial que todavía duele hasta los tuétanos.
¿Será que esta vez habrá justicia, o la misma justicia saldrá mal herida por culpa de jueces y abogados marrulleros? Ellos han dictado justicia amañada, pero no se escaparán de la justicia divina.