“Aquí les traigo este pollo señores, a ver cómo se defiende en la valla, Gonzalo Arturo Molina es su nombre, pero El Cocha por cariño lo llaman, es hijo de el gran Arturo Molina, un gallo que hace tiempo falleció y de herencia este pollito dejó como ejemplo de una cuerda bien fina”.
A propósito del triunfo de ‘El Pollo’ Matta, vino a mi memoria la canción titulada ‘El gallo y el pollo’, de la autoría de Diomedes, la cual grabó con ‘El Cocha’ Molina. Vino en el LP ‘Vallenato’, en el año 1985, inspirada en las habilidades del muchacho poco conocido que en aquella oportunidad sustituyó como su pareja musical al consagrado Nicolás Elías “Colacho” Mendoza.
El Festival Vallenato, homenaje a la memoria de ‘El Pollo Vallenato’ Luis Enrique Martínez tuvo un altísimo nivel competitivo en todos los concursos y categorías; y respecto de la competencia entre acordeoneros no podía terminar de otra manera para hacer honor a su nombre. El triunfo de Javier Antonio Matta Correa fue inobjetable, su presentación fue impecable, y potenciada la visibilidad de sus briosos arpegios, por la inexplicable falta de ganas y rutinarios interludios de sus rivales en la interpretación del aire de merengue, en lugar de procurar un mayor lucimiento parodiando a Leandro Díaz, esta vez para sentenciar que durante la noche del 30 de abril en Valledupar el merengue fue el bozal para los acordeoneros, en ese momento crucial les faltó un poco más de entusiasmo para el rebusque. En este caso, seguro mató a confianza, pienso que allí estuvo el quiebre, además la cuidadosa elección del tono del acordeón y la canción a interpretar colocaron fresa al postre servido para ser devorado por el nuevo pollo… ‘El Pollo’ Matta.
El jurado acertó en su decisión, el nivel competitivo fue alto, pero el veredicto refleja lo que vimos en el escenario, nada más había que hacer. La honrosa responsabilidad de decidir estuvo a cargo de Julián Mojica, Rey Vallenato 2018; David Racero, presidente de la Cámara; Carlos Mario Zuluaga, presidente de un club deportivo; José Carreño, reconocido compositor y acordeonero y ‘Pablito’ López Gutiérrez, decano de los cajeros en este país, quien acompañó tocando la caja a ‘Colacho’, a Miguel, su hermano, y a Alfredo Gutiérrez cuando se coronaron reyes. Es decir, que tres de los cinco que conocen el tema a plenitud y lo han protagonizado son prenda de garantía. Los otros dos fueron también neutrales y fieles de la balanza; de allí la gran aceptación por parte de la opinión de lo que allí se decidió. A los que no les gustó el fallo los entendemos y los respetamos. Ya lo dijo Abel Antonio Villa, “el que no conoce el tema sufre de engaño”.
La ejecución del paseo ‘Jardín de Fundación’, el Merengue ‘Mi fama; ‘Maricela’, en ritmo de son; todos de la autoría de ‘El Pollo Vallenato’; y la puya ‘El gallo peligroso’, fueron impecables. Interludios entretenidos, acoplamiento bien Odacir Montenegro ensayado y la nota picada con afiladas espuelas. Felicitaciones para el nuevo Rey Vallenato y también a sus compañeros finalistas, todo fue como lo anunciamos cuando se conoció el nombre de los finalistas, no me equivoqué al advertir quiénes serían los dos que acompañarían a Javier en el pódium… esta vez Guerra no pudo con ‘El Zorro’, ni ‘El Zorro’ pudo con ‘El Pollo’.
Es evidente que la presente edición del ‘papá’ de los festivales vallenatos fue un éxito. Quedó demostrado que no se requiere homenajear a personajes que ‘lleven empresarios y recursos’ al certamen, porque el único patrimonio de Luis Enrique fue su grandiosa obra musical, y nada tuvo que envidiar a otras versiones del famoso fiestón de los acordeones. Ahora esperamos que para celebrar los cincuenta años de la primera de tres coronas logradas en la tarima ‘Francisco El Hombre’ por Alfredo Gutiérrez Vital, sea ‘El Rebelde del Acordeón’ el homenajeado con todos los méritos en 2024.
Hay un plebiscito alrededor de su nombre, y la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, en su sabiduría, no será inferior a esa circunstancia, y conforme a su autonomía tomará sus decisiones, pero sin desconocer lo que hace tiempo le está pidiendo la más importante de las ‘ías’, que es la ciudadanía, nadie merece por bonito, Alfredo, hermoso no es, pero su trayectoria es de lujo. Le ha dado cima y altura a la música vallenata dentro y fuera del país, y tiene además el palmarés inocultable e inalcanzable hasta ahora de haber obtenido tres veces sobre la mollera la corona como el Rey en ese festival, razones más que suficientes para que se le tenga en cuenta para no hacerle ese esperado homenaje después que se le parta la cabuya, que no creo tampoco que sea por ahora.
Es indiscutible que personajes que han aportado para la vocación de permanencia de la música vallenata hay como arroz partido, entre ellos Alberto Fernández Mindiola, Sergio Moya Molina, Emilio Oviedo, Silvio Brito, Edilberto Daza, ‘Beto’ Murgas, Mateo Torres Barrera, Israel Romero Ospino, y muchos menos pretéritos que aquellos, pero cada cosa debe hacerse en su momento. Lo de Alfredo seria además conmemorativo al cumplirse medio siglo desde su gesta, aquella vez cuando después de haber afilado sus espuelas en la escuela de los Hermanos López, en La Paz, se encarapito en la tarima para empezar a escribir su historia en el Festivallenato, alzándose con la corona en 1974 por decisión unánime del jurado y aclamación del pueblo que lo declararon como el mejor entre los mejores finalistas.
Para colocarle tapa a la cajeta, exhortamos a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata para que disponga los medios a su alcance para que conjuntamente con el nuevo Rey realicen giras nacionales e Internacionales de promoción y visibilización de la música vallenata tradicional, como un aporte a la salvaguardia de la misma, hoy amenazada por el furor de otros ritmos que no podemos descuidar porque no sabemos si nos pasará lo mismo que sucedió frente a el merengue, la ranchera y otros ritmos, que estuvieron de moda y se dijo que podían acabar con el vallenato, pero no lo lograron, se requiere un mayor esfuerzo para garantizar la vocación de permanencia en el gusto popular el vallenato de verdad.
¡Amanecerá y veremos, dijo el ciego!