El 15 de enero de este año escribí un artículo titulado “La inflación no para”, no soy arúspice o adivino para intuir el tránsito que lleva este mundo, las enseñanzas de los clásicos del marxismo lo están confirmando; nadie niega la recuperación de la economía capitalista, igualmente se sabe, que cada crisis del capitalismo se hace más profunda.
Para enero, los directores de la banca en general, trataron el asunto de la inflación con mucha displicencia y arrogancia, desdeñando la realidad. Recuerde usted que en el gobierno de Trump, en clara disputa imperialista con los chinos, para frenar la abrumadora invasión de productos chinos a los Estados Unidos, implementó la absurda política de aumentar los aranceles a las mercancías procedentes de ese país para contrarrestar la abultada carga deficitaria en la balanza de pago.
¿Podía EE.UU. de ipso facto suplir las mercancías chinas? No. Los ‘gringos’ solo se han distraído en fabricar automóviles, aviones y armas, para llenar al mundo de muerte, pero no les alcanza, lógico que los precios internos aumentarían, como en efecto ocurre, su industria se estanca, la deuda crece, el dólar se debilita con los bitcoin y las adopciones de intercambio comercial en monedas nacionales, etc.
Desesperado EE.UU. trata de arrinconar a otro de sus enemigos y competidores imperialistas, los rusos, cercándolos con su ejército títere, la Otán, pues, los rusos han ido ganando el mercado mundial de las armas de última generación 5G, de allí la guerra de Ucrania, donde los genuflexos europeos se arrodillan a las pretensiones ‘gringas’, a sabiendas del detrimento que les acarrearía esta guerra, como en efecto ocurre.
Con la guerra en Ucrania no comienza el incremento del precio de los alimentos, hace más de dos años se venía hablando del aumento del precio de los alimentos, de su elevado aporte a la inflación mundial.
Entre Rusia y Ucrania exportan más del 25% de los fertilizantes para el agro mundial, desde febrero están represados en el puerto de Odesa millones de toneladas de fertilizantes, ello ha contribuido a la inflación mundial, una guerra con efectos mundiales, de la que no se escapa el promotor principal de la guerra, EE.UU. La guerra de los containers para cerrar los puertos para las embarcaciones que transporten mercancías chinas contribuyó a los efectos inflacionarios, el incremento en los precios del petróleo.
Y no toma lecciones el imperialismo norteamericano y sus aliados, están tratando de abrir otro frente de guerra en el mar indochino, que saluda el gran complejo militar estadounidense: así también se ahorcan.
Veamos el panorama mundial inflacionario a junio de 2022, EE.UU. 9.1%, Unión Europea 8.1%, A.L. 8.1%, Rusia 17%, China, 2.1%. Evalué usted, saque sus conclusiones; ahora bien, el 28 de julio la primicia mundial la dio el Departamento de Comercio de EE.UU. mostrando datos del retroceso del crecimiento del PIB en dos trimestres consecutivos del año, de 1,6% y 0,9 primero y segundo respectivamente: han optado por llamarle recesión técnica. Pero recesión al fin y al cabo.
El neoliberalismo vendió su paquete de globalización como la salida económica incontenible de éxitos e inmejorable alternativa, por los medios vapuleaban a sus congéneres los keynesianos, al marxismo lo lanzaron al basural de la historia, crearon cuentos de novela ocultando la realidad, pero la historia no perdona; el neoliberalismo extendió sus éxitos con el oscuro implemento de la barbarie militar y paramilitar; pero, al mismo tiempo iba horadando su misma falacia, la globalización se encarga con la misma dinámica de extender su destrucción. Al capitalismo las contradicciones antagónicas que lleva en su interior inexorablemente lo conducen tarde que temprano a su destrucción.
Los éxitos políticos alcanzados en América Latina son plausibles, y le hemos aupado, ayudamos a derrotar a los bárbaros capitalistas neoliberales en Colombia, a pesar del sostenimiento del régimen de producción capitalista. El proletariado y el pueblo no pueden jamás en estos países, abandonar su papel de vanguardia, y mantener en alto las banderas de la liberación nacional y social que nos libre del yugo imperialista y sus burguesías.