Muchos dicen que mi ser está desierto, que los días de mi existir son ya verano, Vivo como el cardenal siempre contento, pa’ ese pájaro cantor no hay tiempo malo”. Iniciamos nuestra columna con el aparte que antecede de la canción titulada ‘El cardenal’, de Mateo Torres, que se conoció el 7 de diciembre de 1976 cuando Jorge Oñate y ‘Colacho’ la incluyeron en el LP que titularon ‘Únicos’, la cual hemos recordado a propósito de los acontecimientos que ocupan nuestra atención.
Probado está que nadie merece por bonito, los reconocimientos, hay que ganárselos, es el caso de la actividad informativa y de promoción de la música vallenata tradicional desplegada por Cardenal Stereo durante el Festival de la Leyenda Vallenata que acaba de concluir en Valledupar.
Me decía alguien de la competencia, quien trabaja para otro medio en Valledupar, que la programación más importante que hubo este año la lideró Ismael Fernández con el Sistema Cardenal, me dijo que en la ciudad ha sido muy comentado el asunto y de buen recibo lo que se hizo en momentos que algunas estaciones radiales hacían precarios registros de lo que sucedía en el certamen, y no se atrevieron a organizar eventos para la participación masiva de los ciudadanos.
Lo que hizo el ‘Cardenal mayor’, Demis y sus muchachos el año anterior en Valledupar parecía una aventura, pero ya estamos viendo que tuvo un final feliz y con el cabezazo de haber asumido la frecuencia de Caracol AM en esa ciudad y en Barranquilla han logrado un posicionamiento que ha puesto en lugar destacado este nuevo segmento radial en las preferencias de los oyentes, cansados de escuchar la misma vaina. Esta gente está dejando claro que no es cierto que la denominada Frecuencia Modulada (FM) haya acabado con la pretérita Amplitud Modulada (Radio en AM). Esta se acabará cuando en ella se dejen de transmitir programaciones con información importante para los radioescuchas, si lo que se está llevando a los oyentes no les interesa, o está descontextualizado, este inmediatamente mueve la aguja y se va para otro lado.
Se decía en algunos sectores que la apuesta de Ismael Fernandez por las emisoras especializadas en vallenato era un error y le apostaban al fracaso, hoy se tienen que quitar la cachucha ante este señor porque ha sucedido todo lo contrario, se ha producido un fenómeno de transcompetición inversa, donde en lugar de copiar el nuevo proyecto de las cadenas radiales grandes ya posicionadas en el mercado, son aquellas las que se han visto obligadas a modificar su programación, incluyendo más vallenatos para no perder a su audiencia. Lo del Valle es un botón para mostrar, ese invento que nació en el desierto de La Guajira dejó de ser un sueño, ese pájaro emblemático de nuestra tierra y tan importante en la simbología de nuestros hermanos wayuú está volando por lo más alto, se posó en lo más alto de la Sierra Nevada y vuela de local sobre los copitos de los palos de Hurtado.
Ya entiendo por qué vi a Demis en una fotografía en redes sociales más contenta que avispa ‘potrocita’ sobre matica de tomates, es la satisfacción por el logro alcanzado, sabe que pasaron del emprendimiento al ejemplo para otros guajiros que se resisten a entender que todo esfuerzo que se haga para el ascenso licito tiene su resultado, y que trabajando y gestionando por medios nobles es posible lograr la realización personal y ser al mismo tiempo útiles a la sociedad; ella lo sabe y su primer ‘damo’ también, que no necesito adularlos para conservar el afecto que me han brindado desde cuando no tenían nada, ni ellos necesitan mi lisonja para seguir creciendo, es mi reconocimiento a su labor para que el vallenato tradicional no termine atrapado por sus sepultureros, que dicen quererlo pero todos los días dan un pasito para que lo sustituyan los disparates que están grabando algunos que se dice que es vallenato porque lo graban con acordeón.
Sería muy importante que en los venideros festivales que se realicen el La Guajira se pueda emular la exitosa experiencia de Valledupar, quedó suficientemente establecido que lo académico y lo musical en materia de vallenato no son incompatibles sino complementarios, van siempre de la mano, igual los medios de comunicación son pilares insustituibles para que los festivales no queden reducidos en su proyección y posicionamiento más allá de su jurisdicción y propiciar la visita de turistas de otras regiones, que mueven más la economía que el consumo local, una fiesta puede ser muy grande, pero si no hay un buen manejo y cubrimiento de medios queda reducida a un bailecito chiquito de pueblo chiquito y sin presupuesto.
Recuerdo que estando yo muchacho, estos ojos que habrán de comerse los gusanos de Monguí vieron los micrófonos de Radio Libertad en el Parque Padilla de la ciudad, que vino desde Barranquilla a cubrir los eventos del Festival del Dividivi, también transmitía desde aquel lugar Radio Almirante de Riohacha, esos cubrimientos les dan caché, peso y ayudan a la vocación de permanencia de los festivales en el recuerdo del público, creemos que allí está el secreto de la exitosa presencia de Cardenal en el festejo máximo del país vallenato.
En estos días que están tan de moda los homenajes, está en mora de recibir el suyo por parte de la tierra donde nacieron Gámez Editores, con sus productos emblemáticos Diario del Norte, que puso a pensar a la región, y el Sistema Cardenal Radio que se echó encima quijotesca tarea de reivindicar el vallenato como dueño de su programación y devolverle su lugar en las preferencias de los oyentes, porque en honor a la verdad, ya se escuchaba en La Guajira más merengue, champeta y la denominada música del genero popular que la música de Francisco el Hombre, la estaban acabando sin palo y sin perrero.
¡El pájaro ya vuela solo y alto, de lo que falte nos encargaremos quienes valoramos y admiramos el triunfo de nuestros coterráneos!