Luego del fuerte impacto generado por las restricciones establecidas en medio de la emergencia sanitaria, económica y social de los últimos meses en el país, es verdaderamente preocupante contemplar la posibilidad de un nuevo confinamiento nacional, entre tanto que la mayoría de los colombianos continúan con intentos desesperados por salir lo mejor librados de la actual crisis.
La preocupación por la posible aparición de nuevos picos de Covid-19 en el país y un nuevo rebrote en algunas regiones, es un asunto que requiere de medidas y acciones tempranas para que se pueda ejercer un mayor control de los contagios, de tal forma que se evite la propagación descontrolada del virus y se disipe la amenaza de un nuevo cierre económico.
El histórico golpe en la economía que han sufrido los países de América Latina, evidencia un significativo retroceso y un creciente deterioro de las condiciones socioeconómicas de las poblaciones, en las que se presenta un recrudecimiento de la desigualdad. Aunque Colombia es uno de los países de la región con las cifras más alentadoras, es innegable la gran dificultad que estamos atravesando y que amenaza con elevarse si se mantiene una lenta dinámica de recuperación.
Al superar la cifra del millón de infectados por Covid-19 hace unos días, Colombia se ubicó en el octavo lugar de los países con mayor número de contagios en el mundo, posición preocupante en esta acelerada carrera que ningún país quiere ganar. Este punto de alta vulnerabilidad en el que nos hallamos, exige mayores y nuevas acciones para evitar un rebrote que acelere el alcance del virus.
Los crecientes registros de casos por coronavirus en Europa, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) podrían alcanzar un nivel de mortalidad 4 o 5 veces superior al registrado en abril y que han llevado a países como Francia, Portugal y el Reino Unido, a adoptar medidas extremas como el reconfinamiento, son el campanazo de alerta que debemos escuchar para no repetir en nuestro país. Esta experiencia internacional de rebrote debe servir para adelantarnos y evitar la llegada a un repunte de la pandemia.
Aunque no podemos establecer con certeza cuándo se podría dar un eventual nuevo pico de contagios, hay que mantener las alarmas prendidas y tener activas todas las estrategias de contención de la transmisión del virus. Es esencial continuar con el fortalecimiento de la capacidad instalada de UCI, los programas de búsqueda, rastreo y aislamiento, así como también, seguir impulsando las medidas de autocuidado en toda la población.
El reciente anuncio por parte del Ministerio de Salud sobre la asignación de recursos por 109 mil millones de pesos para obras de infraestructura, dotación física y equipamiento que abarcan gran parte de la red pública, llega en un momento oportuno y de alta incertidumbre acerca de la evolución de la pandemia en el país, en el que es preciso invertir en el sistema de salud para evitar un futuro colapso.
Debemos estar listos para combatir un rebrote en los próximos meses, con líneas de acción que fortalezcan las medidas de control, que contengan los focos de contagio y promuevan el cumplimiento obligatorio, tanto individual como colectivo, de las medidas de bioseguridad que ya conocemos, como son: hacer correcto uso del tapabocas, mantener el distanciamiento físico, realizar el lavado frecuente de manos, evitar las aglomeraciones, fiestas o reuniones, entre otros. Nuestro peor enemigo en estos momentos es la relajación en las medidas, perder la conciencia de que el virus sigue vivo y bajar la guardia, tenemos el gran desafío de evitar entre todos la llegada de un rebrote.