Insinúa de entrada pensar este titular que nos referiremos a las incidencias del actual invierno que azota la región, quizás, por los estragos que causa el desbordamiento de algún río, acequia o arroyo que baja raudo del Cerro Pintao o de la Sierra Nevada, y que nos puede ocasionar desastre en algún área por donde brindan sus servicios ecosistémicos estas corrientes de agua, pero no. Me referiré es a la punzante y casi trágica situación que estamos viviendo por la movilidad en nuestras vías, calles y carreras, o en las carreteras de responsabilidad nacional o regional por culpa principalmente de quienes conducen motos sin ninguna responsabilidad.
Es una estadística dolorosa y muy preocupante cada día, y principalmente los fines de semana por la cantidad de siniestros viales con fatalidades y sin fatalidades que ocurren, y con todo respeto y consideración digo, sobre todo los ocasionados con las motocicletas.
Quiero sucintamente manifestar que mi motivación para hacer este escrito es por “levantar bandera”, hacer una alerta, pedir clamorosamente para lograr intervenciones que optimicen la movilidad vial mejorando el comportamiento de todos los actores viales a través de una concientización profunda mediada por la educación, por la participación de ellos como los principales controladores, por el involucramiento activo y efectivo de las administraciones territoriales aprovechando todo lo que la Agencia Nacional de Seguridad Vial –Ansv– dispone como normativa y como motivación hacía una movilidad segura, preventiva y protectora.
Quiero continuar planteando el objetivo del Programa de Seguridad Vial: “Entre todos podemos evitar las muertes y lesiones en las vías”. La Agencia de Seguridad Vial es enfática en que “todos debemos conocer las normas de tránsito y normas de conducta para un desplazamiento y comportamiento seguro en las vías”. Hoy por hoy ese desconocimiento es uno de los factores de gran causalidad de tantos accidentes con lesionados de todo tipo, y entre ellos los muertos.
La Ansv se pregunta afirmando ¿cómo puede un actor vial hacer buen uso de las vías, hacer una conducción segura y tener un comportamiento tolerante, amable, protector de vidas e integridad, si no conoce la normatividad?
Hoy todo el territorio se ha convertido en una selva sin controles, un espacio de sálvese quien pueda y el más grande escenario para irrespetar las leyes y normas de tránsito, para irrespetar la convivencia ciudadana, para irrespetarnos entre sí, y finalmente, sin querer, y hasta pareciera que fuera así, buscar la muerte.
Hoy el uso de la motocicleta como medio de transporte es innegablemente una solución para miles y miles de familias en su movilidad y en su medio de subsistencia por ser una herramienta de trabajo como mototaxismo, domiciliarios y otros trabajos. La ley 336 de 1996 no contempla que una motocicleta, por ejemplo, pueda prestar el servicio público de transporte, no lo homologa así; es decir, no es legalmente reconocida por las autoridades de tránsito en Colombia. Yo, sin transgredir las leyes y normas colombianas soy de los que piensan que se puede regular, organizar y hacerlo una actividad menos riesgosa, de menor incidencia en los siniestros viales y aprovechar sus virtudes. Pienso que su uso como medio de producción es solución ante la crisis y pobreza monetaria que vive el país y más exactamente nuestra región, pero deben ser los mototaxistas y motociclistas organizados, educados, instruidos y capacitados para hacer buenas prácticas de conducción. De eso estoy convencido.
Los conductores de moto deben participar en los procesos de organización para aprender el buen uso del equipo y de la seguridad vial; ellos pueden ser respetuosa y proactivamente sus propios controladores.
Debe aprender el motociclista y el mototaxista que es prohibido, riesgoso y causa de mucha accidentalidad adelantar por la derecha; debe saber que las vías internas del casco urbano y externas, ya sea vía nacional o de otro nivel, tienen límites de velocidad, señales de tránsito y como conductores de vehículos las deben cumplir; deben tener presente siempre que el zigzagueo en una vía es peligroso y constituye causal de accidentes; las maniobras inapropiadas sobre las motos son riesgos que atentan contra la vida del motociclista y de más actores viales como son el resto de usuarios de las vías.
Para todo esto las propuestas son: organizar con ciertos criterios de selección a los que deben o pueden conducir motos; que los conductores de motos se involucren en la concientización de su gremio siendo enfáticos, persuasivos y guías para tener buenas prácticas.
Deben las entidades territoriales promulgar su Plan de Seguridad Vial, asumir capacitación en manejo defensivo, técnicas de conducción, seguridad vial, cortesía y buen trato; conformar brigadas entre los mismos motociclistas y mototaxistas para ser observadores y correctores de las infracciones y malas prácticas de los compañeros que las cometan; aceptar que para movilizar una moto o un motocarro o mototaxi se deben contar con un mínimo de condiciones técnico-mecánicas como son luces principales, luces de señalización tanto en la moto como en el carruaje; señalización reflectiva en los carruajes para ser identificados en la noche cuando tengan la necesidad de transitar y no transitar sin luz; evitar los excesos de velocidad y los abusos en capacidad de cupos, peso y el sobreuso del equipo ciñéndose a las medidas y capacidades autorizadas como moto o mototaxi.
Por eso digo, la mala práctica de conducción y mal uso de las vías y la movilidad se desbordó en abusos y siniestros viales o está que se desmadra.