Me da mucha tristeza y dolor tener que escribir esta columna desmintiendo a plenitud a un periodista y abogado al que tenía en buen concepto hasta hoy, tal vez por ser un doble colega, quien además escribe en un medio al que también considero muy respetable, como lo es el diario El Espectador.
El pasado 22 de Julio fue publicada una columna de opinión escrita por el señor Mario Fernando Prado, titulada Sayco Acinpro, en la cual se observa cualquier cantidad de inconsistencias, imprecisiones y desinformación que motivan a que en mi condición de abogado, periodista y miembro de Sayco me vea obligado a responder de manera categórica.
Inicio diciendo que el columnista de marras es muy probable que busque hacerle un favor a alguien o en su defecto escuchó una mala información y no se documentó, ni indagó un poco sobre el tema y ello lo condujo a este esperpento de escrito.
Lo primero que debería saber el señor Prado es que no se puede hablar de Sayco Acinpro, como si esta fuera una sola entidad. Estas son organizaciones y personas jurídicas muy distintas y lógicamente administradas por personas naturales también diversas. Yo por ejemplo soy compositor y soy miembro de Sayco, mas no de Acinpro que es asociación de intérpretes. Así las cosas una de estas entidades puede hacer las cosas bien y la otra mal. Una puede estar siendo bien administrada y la otra no.
El columnista dice entre otras barbaridades que Sayco Acinpro multa a los establecimientos sin derecho al pataleo, lo cual el como abogado debe saber que es imposible que alguna de estas entidades pueda sancionar con multas a otros particulares.
Manifiesta también que algunos compositores han muerto en la miseria, esperando lo que les corresponde y otros han tenido que pedir limosna. En primer lugar Sayco es una Sociedad que recauda y distribuye regalías entre sus socios o miembros, no es una entidad de beneficencia, ni cobija a todos los compositores que no se han afiliado, y en segundo término, Sayco es una de las Sociedades de Gestión Colectiva de Derechos de Autor con mayor prestigio y respeto en el mundo. Es una de las pocas que posee un régimen de beneficios societarios y de salud calificado como de óptimo nivel.
Yo puedo dar fe de que la gran mayoría de socios de Sayco hablan bien de esa entidad y la respaldan, porque soy su socio hace más de 30 años, pero además tengo un programa de entrevista de compositores en redes sociales y mi pregunta recurrente es como le ha ido en Sayco.
Manifiesta mi doble colega que los balances que publica Sayco en su página web no se entienden. Precisamente más bien esto debe ser de admirar, porque en Colombia no es común que las entidades privadas publiquen su información contable, ni rindan cuentas.
Yo mismo he presidido en varias oportunidades asambleas ordinarias de Sayco y lo que expresan sus socios a los directivos son elogios y felicitaciones por su labor, luego entonces donde obtuvo el columnista la información. Creo que esta es una de esos artículos que llamamos coloquialmente escritos de mala leche.