Con los grandes males causados por la empresa española Unión Fenosa – Electricaribe, primeramente, y ahora por Air-e con los costos más altos de la energía en toda su historia, al departamento de La Guajira y sus implicaciones para el atraso y por ende para el despegue económico y desarrollo agroindustrial de la península, debemos mirar, analizar y evaluar otros horizontes para el tan anhelado desarrollo que ha estado a medias, como el niño, cuando comienza a dar sus primeros pasos, con la diferencia que el niño crece y se desarrolla, pero que La Guajira se estanca en sus mismos procesos por la poca visión y la misión que se ha quedado en pañales y una de las variables que más nos ha generado atraso son los altos costos y mal servicio de la energía. ¿Qué hacer para contrarrestar estos polos de subdesarrollo alarmantes y deprimentes?
El camino o el horizonte que se debe direccionar es hacia la energía eólica, donde ya está funcionando un proyecto piloto, instalado y montado por las Empresas Públicas de Medellín, en la Alta Guajira denominado ‘Jepirachi’, debido a la favorabilidad de los vientos de la península: 10.1 Mts/segundos, en contraste con los de Europa de 8.3 Mts /segundos, lo que hizo viable el proyecto en mención y que genera 24.7 M.V. para el país y que se interconecta a través de la línea Cuestecita, para toda Colombia, pero que a La Guajira no le genera ninguna ventaja comparativa ni desde el punto de vista de regalías y mucho menos en la disminución de costos de kilovatio/hora, tanto en el sector turístico y mucho menos en el sector comercial e industrial; aunque ya fue desmontado, después que sus rendimientos financieros se multiplicaron por ene veces; vaya usted a saber el porqué de su desmonte.
Este proyecto de energía eólico se inició en la primera Gobernación de Jorge Eduardo Pérez Bernier, en el año 1997, cuando Álvaro Uribe Vélez fungía como gobernador de Antioquia; el exgobernador Pérez Bernier lanzó el programa ‘La Guajira a ritmo paisa’ y fue cuando Uribe Vélez llegó a La Guajira con una serie de empresarios antioqueños, entre los cuales se encontraban las Empresas Públicas de Medellín y a su vez, Pérez Bernier visitó la ciudad de Medellín, también con una serie de empresarios guajiros. De ese programa nació lo que es hoy el parque eólico ‘Jepirachi’, parque eólico que trajo todos los beneficios para EPM, pero para La Guajira, nada y menos para los wayuú, donde fue construido.
La energía eólica todavía no está regulada en Colombia, falta hacerla a través de un proyecto de ley, que está en mora de hacerlo el Congreso de Colombia, tarea que deben adelantar los parlamentarios y senadores de la región; este estudio de aprovechamiento eólico en la Alta Guajira se realizó en el año 1999 y tuvo la favorabilidad y viabilidad técnica, económica y ambiental de un parque eólico piloto de 24.7 M.V. el costo de instalación fue de 800 a 1.000 US$/KW.
La potencia eólica instalada de MW crece cada día, así, en Europa en el 2001 fue de 12.972 MW y en USA, de 2.586 MW. Ya la energía eólica en Europa está en el orden de 40.000 MW y en USA, de 10.000 MW. Teniendo en funcionamiento y en generación de energía este parque en nuestro territorio, ¿por qué no se han tomado iniciativas gubernamentales en esta dirección? Pero miramos con extrañeza que EPM( Empresas Públicas de Medellín) desmontaron el parque ‘Jepirachi’ porque, dizque, cumplió su ciclo; surge la pregunta: ¿se acabó el viento? O más bien, con este parque generaron millonarias utilidades para EPM, pero para La Guajira ni un céntimo…¡qué tal!
Los costos de instalación que tuvo este parque eólico fueron más económicos que las hidroeléctricas y la carboelectricas, las cuales tienen un costo de instalación de US$/KW 1.200 en contraste a la eólica que es de US$/KW 1.000; la eólica ofrece mejores velocidades de vientos durante los veranos y viceversa y mayor generación durante baja disponibilidad hidroeléctrica y complementariedad, con las sequías extremas, es decir, el Fenómeno del Niño.
El impacto general de un parque eólico ya instalado por el Gobierno departamental tiene sus incidencias en la industria y en la economía y por supuesto, en el despegue agroindustrial y en la llegada de inversionistas privados a la península. El costo de inversión es de 41 millones de dólares, con una potencia instalada de 20MW y el costo de financiación está entre los 20 y 80 millones de dólares. ¿Por qué no presentar en la Ocad Caribe un proyecto de esta naturaleza, para jalonar recursos del nuevo Sistema General de Regalías que van hacia otras zonas generando desarrollo?
La energía eólica es nuestro futuro; hoy los grandes parques eólicos del país se están instalando en nuestro Departamento, especialmente en el municipio de Uribia y próximamente en el municipio de Maicao, lo que generará un impacto de desarrollo para La Guajira si lo sabemos aprovechar y si planeamos este nuevo boom o bonanzas, de las tantas que ha tenido la península, pero que se han dilapidado por falta de planeación, por una corrupción alarmante o por desconocimiento y falta de interés en los nuevos proyectos que llegan a esta tierra rica en recursos naturales, pero pobre en la manera de actuar y de pensar.
Lo otro, en la instalación de estos nuevos parques eólicos es el posicionamiento de los wayuú en su territorio ancestral, para que por fin, les llegue el tan anhelado desarrollo que le ha sido tan esquivo desde la época de la conquista de los españoles de marras y el abandono secular por parte de sus mismos líderes que han recibido miles de millones por la transferencia de los resguardos indígenas, los cuales han sido dilapidados y por otro lado, los mismos alijunas, que los han utilizado a través de engaños, para beneficio de su propio poder político que han ostentado a través de tantas décadas; en Uribia, hasta alcalde de su misma etnia les dio la espalda y resultó peor que todos sus antecesores, como quien dice, salió peor el remedio que la enfermedad.
Estos nuevos parques eólicos necesitan que a los wayuú se les reconozca parte de sus beneficios de lo que originaría el nuevo boom de las energías limpias en Colombia; los wayuú han sido olvidados por centurias por los gobiernos centralistas y les llegó la hora de su compensación.