El evangelio o lo que significa en verdad las buenas nuevas del Reino de los Cielos, no es una religión, es un sistema de vida como lo es el capitalismo, el comunismo, el socialismo o el feudalismo, aunque se diga que son sistemas económicos, la verdad es que son sistemas de vidas, donde conviven las gentes bajo sus reglas por ellos llamadas leyes y todos están basados y tienen en común una sola cosa, el dinero.
Es desde ahí donde emergen: del dinero, es decir, la avaricia; son sistemas de vidas, basado en la codicia y la avaricia ante todo; por eso Satanás se lo ofreció a Jesucristo.
El evangelio está basado en el amor, en el servir; el amor es luz, todo lo ilumina; en cambio la avaricia como la codicia es oscuridad, todo lo oscurece, por ellas se hacen cosas tenebrosas, son tinieblas; el hijo mata al padre, el hermano mata o odia al hermano, el pobre pasa hambre, existe muchas depravaciones de toda índole; por dinero muchas personas hacen cosas horrendas, el mejor ejemplo es el mundo en que vivimos, todos los conocemos y tenemos muchas experiencias de él.
En cambio en el amor se hacen cosas bellas, el amor es servicial; la avaricia siempre persigue un interés no muy sano; el amor sirve, hace grandes obras; el amor no es sólo que una pareja se quieran, el amor es simplemente amar, ayudar, servir sin ningún interés, es sólo un corazón donde sale amor hacia lo que diga o haga; es corrección, es rectitud, honestidad; el amor ama, no codicia; ¿cómo sería una sociedad, comunidad, pueblo o nación donde el servir desinteresadamente fuera la costumbre?, ¿donde la única moneda sea el servir? Sería la mejor sociedad, la mejor comunidad, el mejor pueblo, la mejor región, la mejor nación, el mejor sistema de vida.
En cambio los sistemas de vidas basados en la avaricia y la codicia como los que vivimos nosotros, el dinero, se viven en la egoísta opulencia, pero también en la indiferente miseria; la avaricia todo lo quiere para ella, solo vive para ella, la soberbia, la prepotencia y el supremacismo son su hijo y sus hijas; la avaricia y la codicia es odio, depravación, envidia, gula, burla, prostitución; ¿qué no hacen los avaros o los codiciosos por dinero? Estamos en manos de ellos; la avaricia tenta al honesto, al pobre lo golpea por la necesidad, lo esclaviza y lo condena a la falta de conocimiento aunque pocos lo superan, los enfermos sufren, viven en la condena eterna; en cambio en el amor la sanidad es; los ciegos ven, los muertos viven, los pobres aprenden, los inválidos de sus piernas caminan, los enfermos sanan, los incorrectos se corrigen, los deshonrados se vuelven honrados, los homicidas se vuelven sanadores; porque amar es corregir, respetar, es honestidad, responsabilidad.
El evangelio es el establecimiento del Reino de los Cielos en la tierra, donde aquellos espíritus que cumplieron su misión en su cuerpo material que como Jesucristo tarde o temprano vuelven a su nación o pueblo espiritual; de dónde venimos alguna vez.