El reconocido investigador y escritor francés Elisée (o Eliseo en español) Reclus, estuvo recorriendo La Guajira y visitando a Villanueva específicamente en 1855 y todo ello lo dejó escrito en su famoso libro ‘Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta’, donde visitó a Monsieur o ‘Musiu’ Dangon y estuvo en la Sierra Negra donde observó en primer plano las plantaciones de café y de caña de azúcar, que tenía ‘Musiu’ Dangon y otros plantadores de Villanueva. Aquí les presento apartes del libro de su visita a Villanueva y que fue traducido en la época por el ingeniero Silvestre Dangond Daza, quien estudió en París y fuera el constructor del famoso ‘Puente Salguero’ y quien fuera hermano del exgobernador y exalcalde de Valledupar, Jorge Dangond Daza.
“En 1855, un proyecto de explotación agrícola y el amor a los viajes, me llevaron a la Nueva Granada. Después de una permanencia de dos años, volví sin haber realizado mis planes de colonización y de exploración geográfica; sin embargo, y a pesar del mal resultado, nunca me felicitaré bastante por haber recorrido ese admirable país, uno de los menos conocidos de la América del Sur, ese continente así mismo poco conocido…
…Una de estas localidades, Villanueva, a donde llegué dos días después de haber pasado la cresta de San Pablo, me llamó la atención especialmente por su apariencia de prosperidad y su situación bella a maravilla. Las casas pintadas de amarillo, están sombreadas por árboles de una corpulencia rara aún en la zona ecuatorial; buenos caminos, por los cuales podrían circular fácilmente los carruajes, cruzan en todos sentidos; las acequias o canales de irrigación, corren sobre piedras con suave murmullo, conservan en los huertos la más rica vegetación, y a lo lejos se extiende una explanada inmensa de verdura enclavada entre dos hileras de montañas paralelas, de las cuales una tiene dos mil y otra de cinco a seis mil metros de elevación. Al este, la Sierra Negra, cadena relativamente baja y sin embargo más alta que nuestros Vosgos, extiende sus grandes valles cubiertos de bosques y despliega sus redondas cimas por sobre las del Cerro Pintado, que se destaca como una gran fortaleza rectangular, y proyecta sus bastiones alternativamente blancos y negros.
…Al oeste, la Sierra Nevada, de escarpas rojas y desnudas, corona su enorme muro detallados picos en forma de pirámide y cubiertos de inmaculadas nieves como con un vestido de mármol. Todas las mañanas, el fenómeno de iluminación, tan notable en los Alpes, se reproduce sobre estas montañas con todo su esplendor… Cuando los rayos del sol naciente aparecen por sobre las cimas de la Sierra Nevada y van a herir las puntas opuestas, trazan al principio en el cielo una inmensa bóveda de luz, en seguida alumbran los varios faros brillantes de los picos de la Nevada.
Un plantador de Villanueva, Monsieur Dangond, a quien yo había sido recomendado especialmente, es el tipo de esos colonos intrépidos, que hacen solos en favor del desarrollo de un país, más que diez mil inmigrantes que esparcidos trabajen al ocaso. Como tantos otros, había andado a tientas en busca de ocupación a su llegada al suelo americano, se había hecho carpintero, albañil, mercader de cotonadas, pero la fortuna no lo había favorecido en estas diversas ocupaciones…