Las redes sociales se han convertido en los últimos cinco años en la mayor opinión a nivel mundial y Colombia no se escapa a esta nueva herramienta de la tecnología que en su mayoría es bien utilizada y en su minoría puede estar en el cuarenta por ciento de los que opinan por allí de manera desaforada y más con pasión que con objetividad.
Pero han sido fundamentales las redes sociales para denunciar atropellos, colonialismo, violación de derechos humanos y ante todo, la corrupción, galopante que golpea a nuestro país desde décadas y de una manera descarada y por ello estas se han convertido en la mejor veeduría para los funcionarios públicos que han hecho mal uso de los dineros del Estado para beneficio personal.
Los wayuú, nuestra raza milenaria y ancestral por derecho propio de nuestro territorio, se enfrenta a nuevos desafíos con la puesta en marcha de los parques eólicos que gracias a nuestros vientos serán parte fundamental en la generación de energía limpia de nuestro país.
Ante estos nuevos desafíos, los wayuu, con la civilización que ha entrado en las últimas décadas en su territorio, han sido ignorados, maltratados y solo han recibido limosnas piadosas como el perro de Anarkos, por una parte, por culpa de la dirigencia departamental y nacional y por otro lado, con el apoyo de sus mismos líderes que se engolosinan ante cualquier migaja que no ha conducido a nada en su precario desarrollo.
En las redes sociales me encontré con este importante planteamiento y defensa de la etnia wayuú, quien se identifica como consupalabrero@gmail.com. Interesante y de relevancia departamental y nacional de lo que plantea en su reflexión:
“El territorio wayuú es algo tan natural y no debe cambiar porque ahí está la esencia del deber ser wayuú, es la ley de origen, de la existencia de un Eirruku.
Pretender o dejar que el territorio sea explotado y destruido en su esencia a cambio de beneficios o riquezas económicas lo hace a cambio de su pobreza espiritual y cultural etc, y significa olvidar que los ancestros aun cuidando, perduran, cultivan, pastorean y viven su vida normal espiritual en sus territorios.
Esa es la esencia del deber ser wayuú.
El día que la explotación que trae cambios abruptos, ese día se extinguirán todas las generaciones de los territorios que han marcado la esencia y el origen del wayuú, como son las plantas, árboles y todas las especies que nacen del territorio, y que son Apushi, familia materna del Eirruko que de ahí nace; y al exterminarlos, esas generaciones también se extinguen. Y por ende la cultura, y ya no habrá lugar a considerarse ser wayuú.
La cultura sin la ley de origen es inexistente, se es wayuú si conservas y proteges tu esencia, tu deber ser, tu ley de origen, tu Eirruku que es el territorio. El día que ya no se tenga, el wayuú será un ser sin rumbo, sin origen. Y aunque sean wayuú moderno, o Washirru rico, será pobre, Pero sin origen espiritual y cultural, sin Eirruku.
Para un desarrollo y bienestar del pueblo wayuú no se requieren de proyectos destructores ni contaminantes. El territorio wayuú lo que hay es que llevarlo a lo que fue en siglos pasados con actividades propias, con productividad ancestral.
Yo creo que a cambio de energías limpias que traerán desplazamientos y despojos, pero también exterminio cultural, sería mejor traer a los árabes que nos ayuden a volverlos agrícolas y producir comida y exportar, que el mundo necesita es eso, alimento, comida. Tenemos todas las ventajas y posiciones portuarias y geográficas.
La Guajira y los territorios indígenas tienen muchos potenciales que pueden explotarles sin dañar la esencia ni la concepción tradicional, cultural y espiritual del origen wayuú, lo que no tenemos es organización, unión ni dirigentes que piensen en lo colectivo, todo se hace con intereses particulares”.