Se acaba de conocer por redes sociales un balance de la gestión del alcalde de Maicao, Mohamad Dasuki Hajj. En la ciudad fronteriza se ha vuelto viral la frase “borbrimera vez”, muchos memes circulan iniciando como esta frase que se acompañan de la imagen del alcalde de los maicaeros.
Lo de ‘borbrimera vez’ es una manera burlona de imitar el castellano arabizado del alcalde al decir “por primera vez”. Pero, detrás de esta parodia de su habla, hay una muy fuerte corriente de críticas por el complejo adánico de Dasuki. Se ha hecho común a que cada vez que defiende un logro, diga que es por primera vez, que es algo nunca visto. El mesianismo, la megalomanía y el complejo adánico son trastornos muy comunes en el discurso de los gobernantes y el de Maicao lo eleva a un grado sumo y ese balance lo refrenda.
Del informe, comenzaré con lo más positivo. El alcalde dejará contratados algunos kilómetros de placa huella en la antigua vía a Uribia y Garrapatero. Una obra de impacto será la de la plaza de eventos, quizás la más importante. También destaco la intervención de la Plaza Bolívar. Pare de contar. Las demás son obras de escaso impacto, otras que no se pueden atribuir al alcalde o que la participación del Municipio fue mínima como la remodelación del Parque Boscán, la culminación de obras del estadio Hernando René Urrea (recursos del Departamento y mínima parte del municipio). También menciona el parador turístico de Cuatro Vías, el cual, ni se gestionó en su gobierno ni hay aporte del Municipio para esta infraestructura.
En el balance, el alcalde y sus aliados incluyen todo lo que se ha hecho en Maicao en estos tres años y medio, así no haya llegado por concurrencia, gestión o participación del alcalde. Dasuki reclama como obra suya que el Gobierno haya incrementado los recursos para el PAE, los nuevos cupos para subsidios del Gobierno Petro, los nuevos cupos para gasolina subsidiada, el incremento por parte del Gobierno al presupuesto en educación, hasta la inversión que hace la empresa Air- e en el sistema de alumbrado se lo atribuye como logro suyo.
Incluye en su balance el programa de centros digitales para zona rural del Gobierno Duque, hasta la inversión del fracasado programa Guajira Azul. Al respecto de esto, no sé de dónde saca la siguiente cifra: “Encontramos después de 93 años que hayan gobernado con el 4% de suministro de agua para zona rural. En nuestra administración vamos a dejar con aproximadamente 40%”. Realmente no sé bajo qué criterio, indicador o dato empírico podría el alcalde demostrar esa cifra que, de ser cierta, lo convertiría en el gran redentor de la zona rural.
En gran parte, el balance más parece un brochure con promesas de campaña que un inventario de realizaciones, pues es común encontrar perlas como estas: “En nuestra zona rural, ningún colegio y UCA tenía energía. Vamos a dejar instalados a TODOS los colegios y UCAS paneles solares”. Amanecerá y veremos. De 23 sedes educativas que visito en zona rural de Maicao, aquellas pocas que tienen paneles solares no ha sido precisamente por vía del Municipio de Maicao. Todo lo que se ha donado en Maicao es gracias a él. Si Cerrejón hace una donación es obra suya, si el gobierno reglamentó una ley durante este tiempo, también un punto para él. En el futuro, esperamos balances más objetivos, con rigor técnico y cifras concretas que hable más con datos empíricos que con el deseo y la fantasía.
Particularmente, reconozco que al alcalde últimamente se le han visto gestiones y algunas obras arrancan este año. Ni ha sido un mal año para Dasuki. Pero, por mucho que ha tratado de publicitar y hasta de atribuirse obras que no son suyas o gestiones que nunca hizo, los tres años anteriores de desgaste, desidia, torpeza para manejar la crítica y la oposición, así como la sombra de sospecha sobre la transparencia de su gobierno, le están pasando factura. Haga lo que haga, prometa lo que prometa el alcalde en estos momentos, ya no habrá luna de miel con la ciudadanía que lo recordará como un fracaso al frente del municipio.