“Allá en el valle he tenido la noticia, a mí me dijo un hombre que Emiliano está mal, me mortifica que un muchacho tan joven por falta de malicia se deje maltratar…díganle a Emiliano que venga pa’ acá, porque Rafael lo mandó a llamar”
El aparte transcrito corresponde a la canción titulada ‘La enfermedad de Emiliano’, de la autoría de Rafael Escalona, que ‘Poncho’ y Emilianito Zuleta incluyeron en su primera producción musical ‘Mis preferidas’ en el año 1971, la cual hemos recordado porque me enteré que se encuentra enfermo, un ser humano caro a mis afectos.
Estamos enterados que aquejado en su salud ha estado mi amigo, colega y admirado compositor Rafael Manjarrez Mendoza, hombre de fe y verdad que honra con su presencia mis afectos y los de mi familia, así como yo en los suyos, de mi comadre Linda y sus vástagos.
Me informaron que se encuentra internado recibiendo servicios asistenciales en una clínica en la ciudad de Valledupar, a Dios estamos orando para que más pronto que tarde lo levante de allí, porque él acostado definitivamente no luce, su escenario es la tertulia, la parranda, el canto y la cofradía.
Mi Diosito sabe que su obra está inconclusa, y lo devolverá a casa con la energía suficiente para que le siga regalando a la humanidad ese caudal de canciones fruto de la inspiración de un hombre que tiene la genialidad de cantarle a lo citadino con la misma suficiencia que si lo hiciera a las aguas que descienden de la sierra para bañar el pelo suelto de la mujer que necesita halagar.
Presumo que en su lecho de enfermo estará aprovechando para meter el ojo a las enfermeras para describir con rima y melodía su talle, el color de los ojos, las cirugías que descubrió en sus caderas y el olor del perfume digno de mujer interesante. De allí seguramente saldrá una gran canción, por qué no, la segunda parte de ‘Así no es ella’, nada raro en un tipo que hizo una de sus mejores obras musicales partiendo de la historia de la pérdida de una cartera en Barranquilla.
Ese canto lo tituló ‘Volví a tenerla’, dejó extendido en su elegía a Hugo Aroca en ‘Yo tenía un amigo’ el dolor lacerante por la ausencia perenne de su compañero de parrandas y aventuras, y también devastado por la nostalgia hizo para la historia ‘Ausencia sentimental’, mejor no sigo porque me quedo sin palabras.
Hoy pienso que su obra cumbre permanece invisibilizada por la modestia de su beneficiario y la de él también, hasta hoy no he conocido el primer compositor distinto de él que haya tenido la osadía de hacer el prólogo de un libro en una canción.
Tuve el honor de recibir de él esa honrosa sorpresa, fue quien prólogo así, con una canción mi primera obra publicada que titulé ‘Vainas y Relatos’ en el año 2007. Pero hasta allí no llega el cuento, es que la hizo en menos de media hora en el estudio de grabación cuando ya la música estaba grabada, él le había tarareado la melodía a Carlos Díaz, quien la había dejado grabada allí, para colocar la letra cuando terminara de leer el libro, y así fue, un día me llamó, y me dijo que estuviera para ver si me gustaba lo que iba a escribir, se sentó en el suelo, y cuando se levantó de allí, la letra de la canción-prólogo estaba lista, de inmediato pidió que le abrieran micrófono, metió la voz de un solo tramacazo y así quedó, eso lo hacen los genios.
Mi gratitud para ‘Rafa’ es inconmensurable, esa vaina por uno la hace una persona que lo quiere, aquel día quedé convencido de que su inteligencia, le estaba quedando grande a nuestra región. Fue la fresa del postre de nuestra amistad que se estrechó mucho más desde cuando lo acompañé en el acto sublime de su matrimonio con mi comadre hace ya 25 años, y como admirador de su obra musical desde el principio, inicialmente sin conocerlo.
Son las anteriores razones suficientes para que mi esposa, mis hijos y yo doblemos rodillas, para su cura definitiva, por el bien del folclor, para la fe guardada del Notariado, por la dignidad de nuestra profesión y la dicha de su bella familia, criada a la antigua con valores, en paz y con Dios en el corazón.
‘Rafa’, mi hermano, te estamos esperando.