El pasado 8 de octubre se cumplieron 19 años del fallecimiento de uno de los adalides de la política en el departamento de La Guajira: Eduardo Abuchaibe Ochoa. Fue uno de los hombres públicos más ilustres de nuestro Departamento. Se desempeñó como congresista, gobernador, diplomático y dirigente político. riohachero hasta la medula, guajiro entrañable, profundamente liberal y visceralmente colombiano; así como en el Ejército existen generales de cinco soles, en la política también existen esos generales de cinco soles y eso fue nuestro entrañable amigo Eduardo Abuchaibe Ochoa.
Su vida y su lucha representaron una verdadera parábola de superación humana. Un esfuerzo hecho hombre, para honra de su Departamento y de su país. Abogado, dirigente político, parlamentario, senador y diplomático de la más fina estampa moral, espiritual e intelectual. Desde muy joven inició su carrera política. Flamante bachiller del Liceo Celedón se abre paso, él mismo sin padrinos, sin tutorías, y sin hijuelas herenciales. Irrumpió en la vida pública con el aval único de los ímpetus de joven libre pensador, progresista y libertario.
Su trayectoria como hombre público la inició como concejal del municipio de Maicao y presidente de esa misma corporación. Representante a la Cámara, y allí con un trabajo tesonero buscó con el ya también fallecido José Ignacio Vives Echeverría que la península de La Guajira se convirtiera en Departamento. Como senador de la República en forma ininterrumpida del 66 al 86, ocupó esa alta posición con lujo de competencia: fue tres veces presidente de la Cámara Alta y tuvo el honor de darle posición a dos ex presidentes – Carlos Lleras Restrepo y Misael Pastrana Borrero, donde brilló con luz propia – durante siete períodos fue presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa del Senado de la República.
Se desempeñó como embajador jefe de misión en la República Árabe de Egipto. Jefe de misión en República Dominicana. Embajador de Colombia ante la ONU. Delegado de Colombia ante la OIT con rango de Embajador extraordinario y plenipotenciario. Jefe de la misión en la República de Cuba. Delegado para el ingreso de Colombia al Movimiento de Países no alineados en Nueva Delhi-India. Delegado de Colombia a la VIII Conferencia de Parlamentarios Africanos celebrado en la ciudad de Argel (Argelia). Entre los muchos altos cargos que obtuvo en su vida limpia y cristalina.
En los cargos administrativos se desempeñó como gobernador de La Guajira. Por aclamación en la Convención de 1995 fue elegido miembro principal del Consejo del Control Ético del Partido Liberal Colombiano. Como intelectual plasmó su pensamiento en las obras: ‘Estado de Emergencia Económica’, ‘Orden Público Económico’, ‘El Congreso de Colombia’, ‘Balcón de América y La Guajira un Grito de Esperanza’.
Eduardo Abuchaibe Ochoa nació en Riohacha, el 25 de mayo de 1929. Contrajo matrimonio con la distinguida dama riohachera, Leonor López, de cuya unión dejó cinco hijos profesionales: Eduardo, arquitecto; Ruby Leonor, abogada; Vivian, Médica; Jazmín, arquitecta y Rafael Eduardo, ingeniero. Cuando murió el 5 de octubre de 2005 contaba con 76 años de edad.
Eduardo Abuchaibe Ochoa, también hizo importantes aportes al desarrollo y engrandecimiento del periodismo y la radiodifusión en la península. Fue el fundador del semanario El Imparcial Guajiro, una de las publicaciones más importantes en la historia de esta sección del país. Instaló la estación radial guajira, primera en su género en el Departamento, integrada Por Radio Almirante Y Ondas De Riohacha En La Ciudad Capital, Radio 560 En Maicao Y Radio Impacto Popular en San Juan del Cesar, convirtiéndose en las pioneras de la radiocomunicación en La Guajira.
Eduardo Abuchaibe Ochoa, se ha ganado un sitial en la historia y como tal debe ser punto de referencia cuando se hable y se escriba en la península sobre los acontecimientos políticos administrativos y del desarrollo, este patriarca liberal siempre estará en la cúspide de lo que fue y lo que representó para nuestra tierra. Definitivamente Eduardo Abuchaibe Ochoa fue un político de cinco soles que brilló con luz propia.