“Cuando el río está crecido es porque está lloviendo, y si se le nota ruido es porque arrastra piedras”.
El aparte transcrito corresponde a ‘Río crecido’, canción de Julio Fontalvo, grabada por ‘Poncho’ y Emiliano, fue incluida en el LP así titulado que salió el 20 de abril de 1974 que está en mi mente porque a ese y el siguiente trabajo musical nos vamos a referir en esta publicación.
Evidentemente, el 24 de noviembre reciente pasado se cumplieron los primeros cincuenta años del lanzamiento del LP ‘Río seco’ de Los Hermanos Zuleta, fue aquella vez cuando se produjo una disrupción musical de profundas connotaciones para el porvenir de la música vallenata, con ese trabajo musical de grata recordación ‘Emilianito’ cambió totalmente su estilo después de haber seguido disciplinadamente al pie de la letra las líneas trazadas por Luis Enrique Martínez y Alfredo Gutiérrez, este último por cierto fue quien lo llevó por primera vez a un estudio de grabación, y así fue posible que grabara con su acordeón y su voz acompañado de la agrupación de Alfredo, un disco de 45 revoluciones por minuto, y grabó ‘La herencia’ de su autoría y ‘Ave peregrina’ de Raúl Garrido.
Con este trabajo discográfico que celebra ya sus Bodas de Oro, Emiliano remozó sus arpegios, adoptó otra manera de ejecutar el acordeón, y se inventó unas introducciones de las canciones ingeniosas, desconcertantes, adornadas de sonidos insospechados y de arpegios inéditos para los agrarios oídos de la concurrente fanaticada, introdujo interludios largos con pausas inesperadas, nota picada y registros altos con regresos inmediatos a los bajos, todo ello junto y sin precedentes.
El lanzamiento de ese disco causó un impacto inusitado, nada que ver con las producciones que le antecedieron, ‘Mis preferidas’ en 1971, ‘La cita’ que salió el 2 de diciembre de 1972, ‘Mi canto sentimental’ que vio la luz comercial el 18 de junio de 1973 y ‘Río crecido’, que tuvo como fecha de lanzamiento el 20 de abril de 1974; apenas habían transcurrido siete meses y seis días para que el milagro se hiciera porque el 24 de noviembre del mismo año apareció seco el río que estuvo crecido, esta vez sin agua y visibles sus grandes piedras apareció en la carátula de la nueva producción así titulada ‘Río seco’, a su vez era el título de la canción aportada para ese trabajo por Julio Fontalvo el mismo autor de ‘Río Crecido’, él compartió ese mérito. Hernando Marín tuvo el mérito de haber aportado con sus canciones el título de dos producciones discográficas en el catálogo de los hijos de Pureza del Carmen Díaz Daza y Emiliano Zuleta Baquero ‘Los maestros’ en 1976 y ‘El Girasol’ en 1995.
Fue ‘Río seco’ uno de los trabajos discográficos más completos en la historia musical de los dos hermanos insustituibles del vallenato, fue allí donde estuvo el punto de partida para una nueva ola en la digitación del acordeón y en el canto de la música más importante de Colombia, la nota picada, con bajadas prolongadas en larguísimos interludios y la animación que graciosamente hacían alternativamente Chamorro y Fontanilla en aquel tiempo cuando los coristas eran valorados, tenidos en cuenta, importantes en Los conjuntos vallenatos.
En aquella producción antológica quedó para siempre la huella indeleble de una selección colombiana de acompañantes, esos héroes ocultos que con ‘Poncho’ y Emiliano dieron lo mejor de sí en su oficio, fueron Rodolfo Castilla en la caja, Adán Montero en la guacharaca, Rangel “El maño” Torres en el bajo, Jairo Negrete tocó los timbales y la cereza del postre la colocaron Gabriel Chamorro y Ángel Fontanilla en el coro perfecto, uno en primera voz y el otro en segunda, cada quien con su palmarés, Chamorro como corista emblemático de los mejores tiempos de Alfredo Gutiérrez y Fontanilla egresado de la escuela del canto y la guitarra de Guillermo Buitrago Henríquez y de Bovea y sus Vallenatos, aquello fue esplendoroso.
De esa producción todas las canciones fueron éxitos, pero quedaron como recurrentes en la radio ‘Mis sueños’ de ‘Beto’ Murgas, ‘Carmen Díaz’ del Viejo Emiliano, ‘Río Seco’ de Julio Fontalvo, ‘Te sigo esperando’ de Julio Valdeblanquez, ‘Ojazos Negros’ de Lino J. Anaya, ‘Morenita manaurera’ de Juan Manuel Muegues, ‘El cantante’ de Daniel Celedón, que suena cada Día de la Madre y ‘El Turco Farid’ un merengue de ‘Emilianito’ que se escucha en muchos festivales.
Lo que no imaginó nunca la fanaticada de la agrupación de los dos jóvenes universitarios fue que con ese maravilloso trabajo Emiliano Alcides se despedía transitoriamente de la actividad musical para continuar y terminar sus estudios de su segunda profesión, ya era Agrónomo egresado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, y era su decisión culminar sus asignaturas para optar el título de Economista en la facultad de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en la ciudad de Bogotá, propósito que provisionalmente se aplazó ante una propuesta tentadora que ya les voy a contar.
Me contó Emiliano que coincidió la grabación de ‘Poncho’ con ‘Colacho’ con la separación de Jorge Oñate de Los Hermanos López, entonces Jorge le calentó el oído diciéndole que había la posibilidad de que hicieran un disco los dos, él le dijo que no, porque estaba pendiente de terminar los estudios; entonces le dijo que aceptaría si accedían a una propuesta que pensaba que no consentirían, le dijo que lo haría si le daban un carro -nunca lo había tenido- Oñate le llevó el mensaje a la disquera CBS, ellos con gran olfato comercial no opusieron ninguna resistencia, y le preguntaron cuál era el carro; él les contestó que era un Renault 6, averiguaron el precio y le entregaron el dinero, así se logró que esos dos jovencitos grabaran uno de los mejores LP que han existido en la música vallenata ‘La parranda y la mujer’ que fue presentado ante el público el 29 de julio de 1975, fue una unión musical efímera pero memorable, no pasó mucho tiempo cuando la sangre lo llamó y regresó a tocar al lado de su hermano.
Así nació entonces la agrupación de ‘Los hermanos Zuleta’ ya que como tal no existía, habían grabado todos sus trabajos bajo la denominación de “‘Emilianito’ Zuleta y Su Conjunto, Canta ‘Poncho’ Zuleta”, la jerarquía fue desde entonces compartida y así grabaron la producción titulada ‘El Reencuentro’ con fecha de lanzamiento en el mes de noviembre de 1975 año de gloria para vallenato en el país. En esa producción sucedió algo exótico en el vallenato, incluyeron composiciones del padre y de cuatro de sus hijos, son estas ‘La pimientica’ del Viejo Emiliano, Gloria de mi alma’ de ‘Emilianito’, ‘Luzmila’ de ‘Poncho’, ‘Homenaje a la vieja Sara’ de Héctor y ‘Cantando me divierto’ de Mario Zuleta, eso no tiene antecedentes en la música, ni ha sucedido más nunca; a propósito de ese LP Antonio Serrano Zúñiga escribió lo siguiente: “Sea pues esta unión feliz entre hermanos, la gran satisfacción de sus admiradoras y sus admiradores que ven en ellos a dos grandes gladiadores de la música vernácula”.
Son las anteriores razones por las cuales hacemos un justo reconocimiento a ‘Poncho’ y a ‘Emilianito’ por su aporte invaluable a la música vallenata; estas Bodas de Oro no podían pasar inadvertidas.