Después de haber culminado la versión 55 del Festival Vallenato con una gran afluencia de propios y turistas de otras regiones; analizar los beneficios múltiples que genera este tipo de actividades folclóricas y culturales en la economía local y regional, nos dice que no podemos pasar por alto, lo que puedan generar estos mismos impactos en la tierra Cuna de Acordeones en su próxima versión.
Los festivales de música son máquinas para atraer visitantes a cualquier población, en función de la magnitud del mismo, se pueden contar por más o menos miles de visitantes y Villanueva cuenta con ‘el gancho’: su Festival Cuna de Acordeones.
Los efectos económicos que los festivales les pueden generar sobre el desarrollo económico local y regional se pueden analizar así: Por una parte, los efectos a corto plazo, relacionados con el poder de atracción y creación de gasto de estos eventos y el impacto a la economía local; Cada vez más los organismos que financian la cultura deberían demostrar el impacto económico que este tipo de proyecto tiene sobre el tejido económico del municipio y la región en que opera independientemente de lo que espera el municipio frente a la fiesta. Conocer el impacto económico de un evento cultural no es complicado y se puede acceder a él desde diferentes métodos, en función del grado de fiabilidad que deseamos obtener, preparar a Villanueva para el Cuna de Acordeones no es difícil, pero demanda tiempo y organización.
En una gran oportunidad después de dos años, por el aislamiento obligatorio, recuperar en parte, la salud mental de la gente después de un prolongado encierro, rescatar la vitrina más importante de la tierra de Santo Tomás, darle la oportunidad a muchos que tienen sus esperanzas puestas en ese evento para facturar algunos pesos que le sirvan de capital semilla para seguir con sus emprendimientos y negocios; pero para ello hay que prepararse.
El festival debe ser un tema de avanzada en esta versión. La Alcaldía debe crear junto a los directivos del evento, un ente independiente, responsable y que prepare a Villanueva para la versión de septiembre, un equipo compuesto por representantes de la administración municipal, la fundación, la ciudadanía, las fuerzas policivas, medios de comunicación, los gestores culturales, los artistas vallenatos, los hoteleros, los pequeña y medianos microempresarios, quienes han iniciado un emprendimiento comercial, a los empresarios de espectáculos musicales, los organizadores de parrandas tradicionales, los mototaxistas y los propietarios de restaurantes, bares y kioscos de fiestas.
El beneficio económico de un evento cultural se puede calcular a partir la suma desde tres puntos: 1. Lo que la organización gasta o invierte sobre la que calcularemos el impacto. 2. Los efectos vinculados, que se refieren al gasto que los visitantes al evento cultural realizan en el municipio. 3. La inyección de capital que el evento ha originado; a partir de este dato también se pueden calcular el número de puestos de trabajo que se generan.
Casualidad o no, los datos que aportan las promotoras de festivales siempre superan sus previsiones y parece que cada edición funciona mejor que la anterior cuando se planifica y se trabaja en equipo. Más asistentes, más empleo, mayor impacto, pero sin un sistema eficaz de evaluación no se lograría el objetivo; En Villanueva ya hay que cambiar la metodología de hacer el festival de “ya para ya”, de un día para otro, hoy el papel que juegan los festivales en la vida de la gente, en la economía local, en la imagen donde se realizan es enorme, lo que nos conlleva a desde ya iniciar, una cruzada que nos permita estar a la altura de la imagen que tiene Colombia y otras partes del mundo de nuestro festival. Estamos a tiempo.