Sorprendentes han sido para los sanjuaneros los primeros cien días de Gobierno local en la era de ‘Cubita’ Enrique Camilo Urbina al frente de los destinos del municipio. En lo que se constituye el periodo de transición del Gobierno para poner orden en la casa y marcar el direccionamiento político y estratégico de una nueva administración municipal, el alcalde viene dando la talla y llenando las expectativas del pueblo que lo eligió.
La muestra de su compromiso, su voluntad, disposición e interés por el mejoramiento de la calidad de vida de la población se refleja cada vez que camina detrás de los ciudadanos para liderar la solución de sus problemas y necesidades. El pueblo siente que tiene un alcalde joven y que hace gala de su juventud para autorregular el territorio y controlar el orden público con su liderazgo.
Su apoyo en el acuerdo, el consenso, la planeación participativa y la concertación, dan fe de un alcalde que escucha a sus conciudadanos, y conoce además, como aprietan sus problemas. Un joven resiliente, que insiste, persiste y nunca desiste, y le ha mostrado al pueblo sanjuanero que su victoria la construyó a punta de derrotas, y que hoy está dispuesto a sacar adelante a su municipio contra todos los pronósticos y las adversidades.
Actualmente como lo hacen los 32 departamentos colombianos y los 1.103 municipios del país, ‘Cubita’ con su equipo de Gobierno viene trabajando en la formulación del Plan de Desarrollo Municipal 2024-2027, y en un portafolio de proyectos de inversión pública. Con un diagnóstico de la situación actual del municipio, un pronóstico que en su plan estratégico muestra el escenario apuesta de esta entidad territorial y un plan plurianual de inversiones que refleja las precarias condiciones financieras de un municipio de sexta categoría, apuntan a convertir a San Juan en el 2040 en el destino turístico más seguro de La Guajira con esta nueva carta de navegación.
Para lograrlo, aspiran aprovechar de manera racional y eficiente, las vocaciones productivas de un municipio que viene de una ancestral vocación agropecuaria, y que hoy, avizora además, convertirse en un municipio turístico, energético, y en uno de los 25 pueblos que enamoran de Colombia, fundamentado en las potencialidades de su naturaleza y el ambiente para el turismo y las energías renovables.
Un municipio cuya estructura ecológica principal se encuentra estratégicamente ubicada entre la Sierra Nevada de Santa Marta y La Serranía del Perijá, y bañado por los hermosos valles del Río Cesar y el Río Ranchería, y con la Reserva Forestal Protectora El Manantial de Cañaverales en su territorio. San Juan del Cesar presenta unas particularidades territoriales que le han merecido la condición de municipio Pdet, porque en el pasado puso más de 18.000 víctimas del conflicto, y hoy, el Estado colombiano lo visibiliza entre 170 municipios donde se desarrollarán los acuerdos de paz con la reforma rural integral.
Pero también tiene San Juan unas particularidades poblacionales, con una población total de 54 mil habitantes de los cuales el 46% son afrodescendientes e indígenas, con mucha pertenencia étnica, presentando además, el natalicio de más de cien compositores en su territorio, y donde el 70% de su población vive en la zona urbana y el 30% en la zona rural, con una gran oportunidad para la economía naranja.
Es decir, ‘Cubita’ Urbina está rigiendo los destinos de un municipio promisorio y con grandes oportunidades de desarrollo. Pese a tener un presupuesto de rentas y gastos de cincuenta mil millones de pesos y una dependencia del presupuesto general de la nación y específicamente del Sistema General de Participaciones en un 89%, los cuales son rentas cedidas con destinación específica, que se convierten en los únicos recursos ciertos del municipio, junto con las asignaciones directas por concepto de regalías, que por bienio ascienden a 5.800 millones de pesos.
Pero las necesidades básicas insatisfechas ascienden a un 25% y el índice de pobreza multidimensional al 27%, de lo cual se deduce que un cuarto de la población vive en condiciones de pobreza y que las necesidades son mayores que los recursos disponibles. Ante este panorama le corresponde al alcalde acudir a la gestión por proyectos, estructurando un portafolio de proyectos de inversión pública para mejorar los indicadores de bienestar en su municipio. Por eso, hace parte de los cien días la formulación del Plan de Desarrollo, la reactivación del Banco de Programas y Proyectos y el mejoramiento de los Índices de Desempeño Institucional.