Por Osvilder Perez Ustate
Las fronteras no son muros que dividen pueblos; son puentes que unen naciones. En nuestro hoy como La Guajira tenemos que definir nuestra historia, tenemos que definirla si va a seguir siendo la misma o nosotros escribimos una nueva.
Pero para eso necesitamos tener consciencia de quienes somos, que somos, donde estamos, de dónde venimos, hacia donde vamos; para ser conscientes que intereses defendemos en este país, si son los nuestros o los de otros con la consciencia que son los nuestros.
Existe una historia de nuestra historia invisibilizada, no conocida por nosotros mismos, es como si nunca hubiéramos tenido pasado; es la historia de nuestra Guajira, de nuestros ancestros, de nuestros antepasados y de aquellos que con su valor y defensa lucharon por darnos un mejor destino; de aquellos que lucharon y dieron su vida por nuestra autonomía, para que nuestra tierra siguieran siendo nuestra.
Hoy me gustaría contar, visibilizar la historia de Guaimaral y Zulia; hijos de dos pueblos indígenas, hijo y hija de caciques; que vivieron y defendieron con su vida los que hoy por propósito de hombres o porque Dios así los dispuso es la frontera colombo-venezolana, de los invasores españoles. Guaimaral originario de los montes de oca, lo que hoy es el departamento de La Guajira y el estado Zulia; Zulia originaria de la región del Catatumbo entre el departamento de Norte Santander y el estado del Tachira; hijo e hija de caciques indígenas, que se enamoraron y con su gran amor y valor defendieron con sus vidas estas tierras transfronterizas, a sus pueblos del saqueador español.
De estos héroes nuestros nadie dice nada, es como si nunca hubieran existidos; una historia de amor, de valor, de sacrificio por sus pueblos y la defensa de su autonomía.
Hoy se conocen sus nombres porque llevan el nombre de un estado fronterizo Zulia y en la ciudad de Cucuta, existe un barrio Guaimaral y una cooperativa de transporte urbano que lleva su nombre, pero como un designio y un reconocimiento más de Dios que de los hombres, sus tierras llevan el nombre del otro.
Así como Guaimaral y Zulia, nosotros somos los que tenemos que defender los intereses de la frontera, porque en realidad la frontera somos nosotros, la tierra está ahí, pero los derechos son nuestros no de la tierra, los intereses son nuestros, la tierra no tiene intereses ni nación.
Tenemos que tener consciencia que la defensa y la institucionalización de la frontera en las normas, en las leyes, la ley general de la frontera debe ser debatida, consensuada, deliberada, elaborada y construida por nosotros, en la elaboración de los programas o proyectos en la institucionalidad del estado, del país es nuestra.
Somos nosotros los que conocemos las problemáticas, las afectaciones, los sufrimientos, las necesidades; pero también las soluciones, los proyectos, las obras, la visión de la frontera. Somos nosotros los que debemos trazar, elaborar, idear, visionar, proyectar, planificar, realizar la institucionalidad del estado, del país en la frontera y no las oficinas del centralismo que traza, elabora, planifica y institucionaliza como frontera en las normas, en las leyes sus intereses.
Su frontera es muy diferente a la nuestra por el simple hecho que sus intereses son muy diferente a los nuestros, su convivencia es muy diferente a la nuestra, nosotros vivimos en la frontera, ellos no; nosotros somos los ciudadanos de la frontera, somos ciudadanos de naciones, somos ciudadanos transfronterizos; de todas las naciones con quien limitamos, ese es nuestro entorno, nuestros intereses, nuestro medio de convivencia, nuestra tierra, nuestro modo de subsistencia y sistema productivo. Ahí radica la importancia de la institucionalización de nuestra Zona de Integración Fronteriza (ZIF) deberíamos tener una tarjeta transfronteriza de residente como cédula transfronteriza con todos los países antillanos y continentales que limitamos: entrar y salir sin problemas; ese es un verdadero cambio en la frontera de inclusión. De fijar una hoja de ruta, un documento, un manifiesto, una agenda, un proyecto de departamento transnacional y defenderlo ante el centralismo así como lo hicieron Zulia y Guaimaral que dieron sus vidas por su tierra y pueblos ante los intrusos españoles.
!Eche, que pasa! no la ven en el mapa, la formación geográfica de nuestra Guajira es la cabeza del país, del continente sudamericano; ¡somos cabeza! portémonos como los que somos: cabeza. Nosotros somos no solo la cabeza del país; sino la cabeza de un continente.