Por Hernán Baquero Bracho
Haber nacido hace 72 años en el barrio San Luis de Villanueva, para ‘Beto’ Murgas fue una gran bendición porque cerca a su casa vivían los hermanos Zuleta, Andrés ‘El Turco’ Gil, Reyes Torres, Escolástico Romero y sus hijos. En ese marco musical de la Villanueva de ayer, creció el hijo de José Murgas Vásquez y Rosa Peñaloza Ramírez, quienes también le habían inculcado su amor por el folclor.
Como cosa paradójica aprendió a tocar acordeón en la sierra de Urumita donde su abuela tenía una finca y en esos lugares se celebraban fiestas de manera continua. “Todo sucedió cuando a la finca llevó un acordeón Nelson Martínez, quien estaba enamorado de una tía mía. Viendo el acordeón ahí Héctor Bolaño, hijo de ‘Chico’ Bolaño, me dio las primeras clases. Cuando llegué a Villanueva ya tocaba acordeón. Esto fue sorpresa para mi amigo ‘El Turco’ Gil, quien salió a decir que yo tocaba acordeón. Con ese entusiasmo que tenía, unos tíos me compraron mi primer acordeón y comencé a ganarme los primeros pesos a punta de música. Recuerdo que tocaba canciones como ‘El Almirante Padilla’, ‘María Tere’, ‘La mecedora’, ‘La marimba’ y ‘Zumba la pava’, entre otras. Después vino la época del colegio Roque de Alba, cuando en los centros literarios hacía presentaciones y tocaba con los hermanos Rafael y Norberto Romero. Seguidamente compuse mi primera canción que se llamó “Amalia” y que continúa inédita”, comenta ‘Beto’ Murgas.
Las mayores hazañas como compositor las ha realizado en el Festival de la Leyenda Vallenata, donde ha participado en 5 oportunidades, comenzando en 1983 con la canción ‘Pliego de peticiones’ llegando a la final. Dos años después vino la canción ‘Alabanza’, dedicada a los 435 años de Valledupar y tuvo acceso a la gran final.
En 1987 fue finalista con el tema ‘La puyita de la puya’. Seguidamente en 1998 llega con ‘Nativo del Valle’, donde le tocó enfrentarse con el hoy fallecido compositor Luis Cujia. “Por primera vez en la historia de los festivales vallenatos se despertó tanto interés por dos merengues, superior al de los acordeoneros profesionales e infantiles”. Al final ganó Cujia. Un año después se presenta con ‘Juglares de mi tierra’ y accede a la gran final, pero sin fortuna. Las dos anteriores canciones finalistas fueron grabadas con gran éxito por ‘Poncho Zuleta’. ‘Beto’ afirma que seguirá componiendo hasta el final de sus días y en la medida que pueda seguirá presentando sus canciones en el Festival de la Leyenda Vallenata hasta alzarse con el primer lugar.
Finalmente, y hablando de canciones, saca sus cuentas y dice que tiene 85 canciones grabadas por los más importantes grupos vallenatos, orquestas y sinfónicas. Su lista de canciones que han sido éxito es innumerable y remata expresando que el inmortal Diomedes Díaz le grabó únicamente ‘Mi casa risueña’. ‘Beto’ Murgas es uno de los más versátiles expositores en la historia del acordeón: de donde vino y por donde entró, ahí sienta cátedra.
Una de las grandes satisfacciones para ‘Beto’ fue llegar a la presidencia del Festival Cuna de Acordeones en 1993. Se emociona y comienza diciendo: “Un grupo de amigos de Villanueva, postularon mi nombre y acepté el reto porque quería realizar un festival de trascendencia. Me nombraron y comenzamos a trabajar para tener en el festival al presidente César Gaviria, quien tenía como ministro de Transporte a Jorge Juan Bendeck Olivella, hijo de Villanueva. Logramos ese objetivo y además el Ministerio pavimentó varias vías, entre ellas la carretera de Villanueva a La Paz. De igual forma, logramos con el gobernador de La Guajira construyera en tres meses la tarima Escolástico Romero. Se logró la visita de varios medios de comunicación del país y la transmisión por primera vez de la final en directo por Telecaribe. Otra de las ejecutorias nuestras con el apoyo de todos los directivos y el pueblo villanuevero fue que nos convertimos en Fundación para darle la mejor categoría a nuestro Festival. Hicimos tantas cosas buenas que se considera uno de los festivales que ha tenido mayor impacto”. El gobernador de entonces era el médico Jorge Eliécer Ballesteros Bernier y el alcalde Gonzalo Lacouture Lacouture.
Hoy ‘Beto’ dicta conferencias en diferentes partes del país, en festivales y en varias universidades sobre el acordeón, para lo cual tiene una valiosa colección de este instrumento que le da identidad a la música vallenata.
Cuenta con el primer y único museo que tiene la música vallenata del acordeón no solo en Valledupar, sino en el mundo entero, donde miles de turistas lo visitan y se van impregnados con una nueva cultura de lo que ha sido el acordeón en su recorrido. Paradójico, este museo basado en su iniciativa y en su creatividad lo quiso colocar en su tierra Villanueva, que es la cuna de acordeones, pero no encontró eco y mucho menos apoyo en su pueblo, cumpliéndose la profecía de que nadie es profeta en su pueblo.
Para su colección, su primer acordeón, de un teclado, la compró en 35 pesos. Es toda una joya.
‘Beto’ Murgas para el folclor vallenato, para el pueblo villanuevero, es pionero de la música vallenata, por todo su recorrido, disciplina, historia y como persona, un ser humano espectacular. ¡Dios no los guarde por una eternidad!