Una de las más grandes y extraordinarias alegrías del 2024, en medio de la tristeza que llegó a posarse en marzo con el asesinato de mi sobrino Jaime Tulio y que se mantiene ahí, ha sido la invitación al Roche Press Day en Miami el pasado mes de octubre. Allí, además de vivir una grata experiencia que atesoro como un inolvidable recuerdo en la memoria del corazón, tuve también el privilegio de reencontrarme con quien ha sido una maestra, guía y mentora de vida, siendo además para nuestra bendición, mi comadre de sacramento, madrina de mi hijo Manuel Antonio de Jesús: Sarah Aguilar.
Llevaba conmigo un gran dolor físico en el lado derecho de mi cuerpo, y solo sentí que viajaría tranquila y segura al reencontrarme antes con la guardiana de mi salud cerebral y gran amiga desde que nos conocimos en el Colegio María Montessori estudiando la primaria en los años 80, la prestigiosa médico neurocirujana riohachera Johana Valdeblánquez Atencio. Ella como siempre, bien dispuesta y atenta hasta la médula, leyó las radiografías que sola no me había atrevido a abrir y con paciencia y empatía me explicó en detalle el diagnóstico: escoliosis y cervicalgia, las cuales me produjeron en 2024 constantes episodios de gran dolor físico, intensificando también otras patologías de base como migraña y tortícolis que, en ciertos momentos de mi vida ante estrés, por ejemplo, se han disparado de forma inclemente llegando a incapacitarme. Con una gran dosis de medicamentos que debía tomar cumplidamente de día y de noche, me dispuse a viajar a esa gran travesía hacia el otro lado del Caribe, lejos de mi tierra, pero cerca también de mi familia, pues Sarah y sus dos bellos hijos Salo y Abbie, mis sobrinos, esperarían también por mí.
Anhelaba el reencuentro, y ya que el Roche Press Day había terminado exitosamente, habiendo recibido durante el panel en el que participé, la sorpresa de que Sarah se encontraba en el auditorio, me dispuse a compartir con ella en esa ciudad en la que ha residido desde hace más de 20 años, forjando una carrera y al mismo tiempo viajando por el mundo, aprendiendo técnicas de sanación, combinadas con un evidente don natural que muchas hemos recibido para bien de nuestras vidas, pues como generosamente la nombró mi tía Iris Aguilar en wayunaiki, ella es: Pürasee.
Resulta que, en ocasiones, el cuerpo grita lo que el alma calla, y a veces ese grito es extremadamente estremecedor y profundamente doloroso tal como lo estaba siendo en mi caso. Ciertamente, las enfermedades físicas son el resultado de situaciones traumáticas a nivel emocional que no son reconocidas, afrontadas o transmutadas de forma amorosa. Crecimos con heridas de distintas magnitudes y composiciones: abandono, maltrato, abuso… tanto en la infancia como en la adolescencia que, al llegar a la adultez, comienzan a manifestarse a través de comportamientos, incomodidades, sensación de vacío, enfermedades físicas y afectaciones mentales que resultan siendo, eventualmente, nocivos para la existencia propia y para la vida de relación. Al comenzar a ser conscientes de esto, inicia también el proceso de disponernos a sanar para vivir más plenamente y con mayor sensación de sentido y propósito, disfrutando cada día de una manera mucho más plena, consciente y presente de vivir, y esa es una decisión que tomar diariamente por cada ser humano.
Nuestra sesión fue a orillas del mar Caribe en una bellísima playa en Key Biscayne, bajo un cielo azul ligeramente nublado que hacía de la luz del sol algo apacible, en el que considero el mejor set que ella pudo haber elegido. Antes habíamos tomado una micro dosis de psilocibina e intencionamos juntas la sesión, respondiendo unas preguntas que Sarah asertivamente había formulado para guiarme en el proceso. Aunque existen otras opciones que se consideren mejores que aquella playa, para mí estar allí con su cálida presencia y su sabia voz escarbando delicadamente en mi psique, fue sin duda, estremecedor, revelador, aliviante y a la postre, extremadamente sanador.
AmorosaMente anduvimos juntas por entre muchos recuerdos, intentando descubrir el origen de aquellos dolores y ciertamente, ella dio con el que sería el punto de partida de una serie de síntomas que en ese momento me afectaban físicamente y que tenían su raíz en emociones contenidas y no procesadas que se alojaron por mucho tiempo para luego doler, tal como había estado sucediendo. Microdose to manifest, es su nuevo camino de liderazgo para ayudar a otros, un portal de bienestar en el que, con su sabia y disciplinada compañía, muchos andaremos en la búsqueda de una manera de vivir, ver y sentir la vida, más satisfactoriamente, presentes, conscientes y con sentido. Los invito a visitarla y a conocer más de este sendero que ella ha estado labrando y andando por su propia sanación, y en el que muchos hoy en todo el mundo, vamos caminando confiados de su generosa mano, pues como ella misma lo afirma constantemente: Si yo pude, tú puedes.