Acabó la dolorosa etapa de Electricaribe en el Caribe, que atrasó nuestro desarrollo económico y social. El 16 de enero de 2016, los recién posesionados gobernadores y alcaldes del Caribe, unidos a los gremios y parlamentarios, nos reunimos con el Gobierno Santos para expresarle lo que habíamos vivido en la campaña: el reclamo constante por el pésimo y costoso servicio de Electricaribe.
En 1998 vendieron las Electrificadoras del sistema Corelca a Unión Fenosa, y 9 años después en una operación financiera la entregaron como parte de sus activos a Gas Natural, empresa que no tiene la electricidad como negocio principal. De pronto se vieron dueños incómodos de una empresa eléctrica en el Caribe y no atendieron adecuadamente lo administrativo y financiero y mucho menos lo técnico. Eso detuvo el mantenimiento y expansión de las redes y calidad del servicio se vino a pique.
A pesar de este escollo el Caribe se mantuvo como un mercado atractivo con el 25% del consumo nacional con la mayor dinámica ya que crece el doble del país el 8%. Pero, con la peor calidad a pesar de tener la mayor utilización por el clima.
A raíz de la reunión con el presidente de la República se propiciaron 3 importantes etapas: la primera, se dio una nueva oportunidad a Gas Natural y se impulsó un plan de inversiones del Gobierno Plan 5 Caribe que ha sido exitoso. La segunda, ante el poco avance de la empresa Superservicios intervino Electricaribe para calmar los ánimos y hacer más atractiva la empresa. La tercera, etapa fue la escogencia del operador. Eso demoró 4 años. Mientras tanto, las pérdidas y cobros nunca habían estado tan mal, la inversión nunca había sido tan baja en materia de reposición de redes y aumento de la capacidad de transmisión y distribución de energía.
El Caribe colombiano tiene 120 horas/año de suspensión del servicio y en la Mojana, por ejemplo, llega a 200 horas/año.
Hay dos tareas principales para poner orden en las finanzas de la empresa. Primero, aumentar los recaudos que llegaron en manos de Unión Fenosa a un 93% hace 10 años, cayeron con Gas Natural a un 82%. Y recientemente durante la pandemia bajaron a un 73%. Segundo, disminuir las pérdidas técnicas y fraudes que llegaron a una cifra histórica de 28.5%. Si se suman estos dos puntajes se concluye que el 55% de lo facturado no llega a la caja de la empresa. Y sin recursos no se hacen las inversiones que se requieren y se afecta la calidad. Cada punto representa $40.000 millones al año.