Todo cuando se haga por la reivindicación de los derechos de las mujeres es bienvenido y valioso, los hechos violentos contra ellas así lo confirman, se hace urgente una transformación social con perspectiva de género que pueda cambiar la cultura machista por una de equidad e igualdad, donde ninguna viva con miedo y vulnerable a ser violentada solo por ser mujer.
Válido y aplaudible los 16 días de activismo liderados por Naciones Unidas, todo suma – insisto – sin embargo, mi anhelo y el de muchas feministas, activistas y soñadoras ambiciosas como yo, es que podamos volver costumbre la no violencia contra las mujeres, que sean 365 días de antimachismo, de contextos seguros y garantes para todas, con libertades y aperturas de espacios de poder, sin exigirles perfección y abnegación y permitiéndoles ser reales.
365 días de activismo de cada persona que se haga consciente de su machismo y lo transforme en conductas humanizadas y basadas en el respeto por los derechos de todos, todas y todes.
Vivir de manera liviana y bonita, sin hacer daño a nadie y no hablo de una vida perfecta, hago referencia a estilos de relacionamiento lejanos a discriminaciones, racismo o misoginia. Entender que nuestra cultura patriarcal normaliza las violencias y peor, llama ‘bueno’ lo que lastima a terceras personas, lo que vulnera derechos, lo que coarta libertades, lo que oprime creatividades y peor, lo que hace que niñas y mujeres vivan con inseguridad y temor extremo.
Es perentorio, que cada persona y comunidad haga de los 365 días del año un escenario de nuevos aprendizajes y de construcción de estereotipos fanáticos que dañan a cualquier escala y sin excepciones.
Bravo por todo lo que se hace a favor de la No violencia basada en género, importante que no sea exclusivamente en marzo por ser el mes de las mujeres o noviembre por ser el mes de la no violencia contra ellas, sino cada día y cada mes, desde los contextos más íntimos hasta los más públicos, desde aprender a no decir chistes sexistas, a no reírnos del cuerpo de nadie, a no cosificar/sexualizar y violentar a las mujeres y menos, considerar que las niñas son trincheras de la guerra y de las parafilias.
365 días de activismo donde todos y todas aportamos al desarraigo del machismo y las violencias que llegan con él, no esperemos que sea un Gobierno, una organización social o Naciones Unidas que hagan algo cuando desde cada realidad podemos sembrar transformación.
Cada persona es un universo generador de cambios y eso hay que potenciarlo y activarlo.
Que sea todos los días, no solo una época en la que renunciemos a las violencias y al machismo que todos los géneros traemos como parte del ADN psicoemocional (incluso antes de nacer). Así que todos los días son una oportunidad para cambiar y superar nuestras recetas discriminatorias, sexistas, racistas y opresoras.
Todo por la No violencia, la equidad y la igualdad de Derechos!