En noviembre del año 2007 hace 16 años (4 periodos de Gobierno) todos los gobernadores de los departamentos que conforman la costa Caribe de esa época, suscribieron una declaratoria sobre el Compromiso Alimentario y Nutricional para la costa en desarrollo de la cual acordaron diseñar e implementar una estrategia denominada Plan de Desarrollo ‘Caribe sin Hambre’, con el fin de promover la adopción de políticas regionales orientadas a mejorar la condiciones alimentarias y nutricionales de la población, especialmente de los grupos más vulnerables, situación hoy el Gobierno ‘Colombia Potencia de La Vida’ quiere intervenir.
En apoyo a esa iniciativa, el Banco Interamericano de Desarrollo-BID en esa época y dentro de sus acciones dirigidas a respaldar los esfuerzos nacionales para alcanzar crecimiento económico incluyente, disminuir la pobreza, y aumentar la equidad, decidió asignar recursos no reembolsables para apoyar el esfuerzo y la decisión política de los gobernantes regionales en su empeño de avanzar en los objetivos señalados y como cosa rara, al parecer ningún gobernante hasta la fecha aprovechó esa ganga del BID y si la aprovecharon, ni cosquillas le hizo a los indicadores.
La Guajira como ya es común, afronta una crisis social y económica; según el Dane el 61.8 por ciento de la población vive en condición de pobreza, producto de la falta de empleo formal, vivienda digna, vías de acceso, bajas coberturas de servicios públicos, deficiencias en la prestación de los servicios de salud y educación, muchos esperan que se le dé la vuelta a este panorama, para vivir sabroso como pregona alguien por ahí.
Enterándonos al final de este periodo de Gobierno, como sucede casi siempre, vemos una piñata de inauguraciones de obras de miles de millones, que sin duda alguna, varias son importantes y desarrollan a las zonas donde fueron construidas, pero dentro de la planeación era muy difícil pensar en ideas como la en la implementación de Centros Demostrativos de Capacitación Comunitaria como se ha propuesto en varias oportunidades y de réplicas familiares de producción diversificada y sostenible de alimentos para el consumo familiar, como la agroecología y el uso de semillas tradicionales. Adecuar puntos suficientes de agua para el consumo, y saneamiento básico en áreas áridas y dispersas.
Debería darnos pena que el Gobierno del Cambio del presidente logre ver la riqueza del inmenso mar que siempre hemos tenido, porque no se ha mudado de ahí, en beneficio de las comunidades sobre todo las indígenas que son las que más sufren y espera enfrentar los efectos de la crisis climática, controlar la erosión costera y proteger de manera integral la biodiversidad en esta, nuestra región, y utilizarlas como herramientas para combatir este flagelo que coloquialmente ya hace parte de la Canasta Familiar en muchas casas de la península: ‘El Hambre’. Quién no conoce o qué político no conoce que el poco acceso a agua potable y seguridad alimentaria son causantes de la muerte de menores por desnutrición y dieron pie para que la Corte Constitucional declarara el ‘Estado de Cosas Inconstitucionales, desde el año 2017’.
Buscar una salida a esta problemática es lo que pretende el Gobierno nacional al poner sus ojos en el territorio para ejecutar estrategias de la mano con las comunidades, situación que debió ser tratada por los nuestros con seriedad. La esperanza de muchos guajiros está puesta en la culminación de la represa del Río Ranchería y su sistema multipropósito, entre otras fuentes que permitirían el abastecimiento de agua potable a las comunidades y eso sería parte de la solución para acabar con la desnutrición que nos tiene hace rato en el escarnio público.
Finalmente, para complementar posibles escenarios, es fundamental fortalecer la red pública hospitalaria, asignar un mayor presupuesto para la implementación de los planes de permanencia escolar y realizar inversiones en turismo y energías limpias, con el objetivo de potenciar el desarrollo sostenible en esta región, la región de nosotros, la de todos desde una perspectiva social y ambiental. Muchos guajiros esperan a final de año un buen aguinaldo; el mejor aguinaldo sería que los nuevos gobernantes como se dice popularmente, se pongan la mano en el corazón y se conduelan de La Guajira.