El rostro de una niña de 14 años se convirtió en un trágico recordatorio del fracaso social en la lucha contra el uso indebido de pólvora en Medellín, Antioquia y el país.
Durante el fin de semana, en el inicio de la temporada decembrina, la menor sufrió quemaduras y laceraciones en su rostro al ser impactada por un volador, uno de los cientos que iluminaron la noche en una práctica que persiste pese a las campañas de prevención y normativas vigentes.
Este incidente ocurre en un contexto en el que las autoridades han reiterado las graves consecuencias del uso de pólvora, especialmente cuando involucra a menores de edad.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) advierte que los padres y cuidadores de niños afectados por la pólvora enfrentan procesos legales que incluyen sanciones penales y sociales; entre estas, se encuentran trabajos comunitarios enfocados en tareas de prevención y atención de emergencias.
Asimismo, las sanciones económicas pueden ascender hasta cinco salarios mínimos legales vigentes si el menor resulta con lesiones corporales o quemaduras por manipulación de pólvora.
Pese a los esfuerzos gubernamentales y sociales, el uso de pólvora sigue siendo una problemática recurrente.
Este caso no solo pone en evidencia la necesidad de reforzar las medidas de control, sino también de fomentar una cultura de responsabilidad ciudadana que priorice la seguridad y bienestar de todos.