A pocos días de finalizar el año, el país enfrenta una grave crisis de desabastecimiento de medicamentos, con ocho fármacos esenciales en estado crítico, cinco en riesgo de agotarse y otros 181 bajo monitoreo, según el último reporte del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
Entre los medicamentos desabastecidos figuran el Etomidato Emulsión Inyectable (anestésico), cuya escasez obedece a problemas de reformulación y relaciones comerciales con fabricantes; la insulina Isofana y la insulina Regular, fundamentales para el manejo de la diabetes, cuya insuficiencia se atribuye a la falta de oferentes.
También se encuentra en estado crítico la Nevirapina en suspensión oral, un antirretroviral vital para tratar el VIH, cuya producción se ve afectada por la falta de materias primas. Por otro lado, la vacuna contra la rabia enfrenta sobredemanda inesperada y escasez de oferentes, mientras que el Haloperidol, utilizado en psiquiatría para controlar problemas conductuales severos, sufre una baja demanda y dificultades técnicas de fabricación.
Otro fármaco esencial en desabastecimiento es la Hidroxiurea, empleada en el tratamiento de ciertos tipos de leucemia y cáncer, afectada por insuficiencia de proveedores, procesos logísticos deficientes y demanda imprevista.
La falta de disponibilidad de medicamentos ha sido una de las principales críticas al manejo del sistema de salud por parte del Gobierno Nacional, especialmente en casos de enfermedades raras o huérfanas, que dependen de recursos del Presupuesto Máximo (PM).
La Academia Nacional de Medicina, en un pronunciamiento el pasado 16 de diciembre, alertó sobre la gravedad de esta crisis, destacando el impacto en enfermedades de alta complejidad. “Desabastecimiento de medicamentos, incluso —y muy grave— en patologías huérfanas y de alta complejidad”, señaló la entidad, quien puso a disposición del Gobierno “todo su concurso para contribuir a unas mejores condiciones de vida y a un mejor sistema de salud”.
El panorama para 2025 sigue siendo incierto, a la espera de que se defina el incremento de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), clave para la sostenibilidad del sistema de salud en el próximo año.