Este lunes Ucrania está conmemorando 35 años de la explosión en la Planta de Energía de Chernóbil, el peor desastre nuclear de la historia. La tragedia comenzó en la madrugada del 26 de abril de 1986, cuando una sesión de pruebas salió muy mal y provocó que el reactor cuatro de la central estallara, provocando la liberación de grandes cantidades de radiación a la atmosfera.
Esa noche, 31 trabajadores de la planta murieron directamente por la explosión y los años posteriores las enfermedades derivadas de la radiación le provocaron la muerte a un número no determinado aún de personas. Se cree que hasta 9.000 personas murieron de cáncer tras el accidente.
Si bien el gobierno de la Unión Soviética trató de minimizar el impacto de lo sucedido, pronto los niveles de radiación fueron detectados por los sensores de naciones vecinas como Suecia, por lo que la URSS no pudo ocultar lo sucedido durante mucho tiempo.
Actualmente la planta nuclear de Chernóbil se encuentra apagada. Cesó sus operaciones en el año 2000 y una gigantesca cúpula conocida como ‘sarcófago’ cubre los reactores del complejo para bloquear el paso de la radiación hacia el ambiente.
Sin embargo, los efectos del accidente en el ecosistema circundante se seguirán sintiendo durante varios milenios y actualmente el acceso a Pripiat, la ciudad donde está ubicada la central eléctrica, se encuentra restringido por los altos niveles de radiación.