El Papa Francisco, en su segunda etapa del viaje por el Sudeste Asiático y Oceanía, visitó Papúa Nueva Guinea, convirtiéndose en el segundo pontífice en llegar al país. El domingo, el Papa viajó a las remotas selvas locales con una carga de una tonelada de medicinas y juguetes.
A bordo de un avión C-130 de la Real Fuerza Aérea Australiana, el Pontífice se reunió con la comunidad católica y misioneros argentinos. Unas 20.000 personas se congregaron frente a la catedral de Vanimo para recibir al Papa, quien llevó un tocado de plumas como regalo.
En su discurso, destacó el trabajo de los misioneros y animó a los fieles a mejorar sus relaciones comunitarias. Igualmente, pidió que se pusiera fin a las divisiones y violencia, mencionando los problemas causados por disputas territoriales y otras formas de violencia en el país.
El Papa también repartió ayuda humanitaria, incluyendo medicinas, ropa y juguetes para niños. Confirmó su compromiso con las comunidades marginadas y su preferencia por visitar áreas donde los católicos son minoría, en lugar de centrarse en grandes capitales europeas.
Además, durante su visita, solicitó a los líderes locales prestar atención a las personas marginadas, especialmente a las mujeres afectadas por prejuicios y supersticiones.