A través de medios internacionales se dio a conocer el caso de este hombre de 42 años, identificado como Juan sin apellido, quien interpuso una demanda en contra de su padre ante el Poder Judicial del Estado de México.
Este hombre logró denunciar a su propio padre y así obtuvo el reconocimiento legal de sus derechos alimenticios en su vida adulta, más de treinta años después.
El alegato de Juan fue que, desde pequeño enfrentó una infancia y juventud caracterizadas por carencias y limitaciones, por lo que se vio obligado a trabajar, renunciando así a sus aspiraciones de convertirse en médico para contribuir económicamente a su hogar.
Asimismo, de acuerdo al testimonio, aunque su madre se desempeñaba en trabajos de doble turno y emigró en busca de mejores oportunidades, esto no fue suficiente para impedir que Juan tuviera que abandonar prematuramente sus estudios.
Tras el análisis del caso por parte del Poder Judicial estatal basado en el artículo 4.127 del Código Civil estatal, que establece el derecho a recibir alimentos para los hijos mayores de edad que se dediquen al estudio. Este enfoque corrigió una omisión cuando el progenitor de Juan se negó a proporcionar el apoyo necesario.
Por lo tanto,decidieron admitir la demanda y asegurar los derechos alimentarios de este hombre de 42 años.