Desde que las fuerzas militares de Rusia iniciaron la invasión a Ucrania el pasado 24 de febrero, no han cesado las sanciones económicas y comerciales contra el gobierno de Vladimir Putin y sus aliados más cercanos.
El más reciente golpe en la guerra económica contra Rusia lo asestó el martes Estados Unidos, pues el presidente Joe Biden prohibió la importación de petróleo y gas natural procedente de Rusia.
“No contribuiremos a subvencionar la guerra de Putin”, dijo el presidente Biden en su discurso dirigido a la nación.
Una decisión similar tomó el gobierno de Reino Unido. Los británicos también consideran que seguir comprándole petróleo y gas a Rusia es patrocinar la guerra contra Ucrania, por lo que han optado por cesar las importaciones de ambos productos desde Rusia para finales de este año.
Pero no solo los gobiernos están sancionando a Putin y a la Federación Rusa para ahogar más la economía del gigante euroasiático y forzarlos a cesar las hostilidades. Decenas de empresas extranjeras del sector privado han decidido cesar sus operaciones de forma total o parcial en el territorio ruso, como gesto para condenar la invasión.
Las últimas marcas en retirarse del mercado ruso fueron la franquicia de comidas rápidas McDonalds, The Coca Cola Company, y la cervecera Heineken. A estas también se sumaron firmas como Starbucks, Pepsi, Levi’s, e incluso firmas del sector cosmético como Unilever, Dove y L’Oreal decidieron paralizar de forma total o parcial sus actividades en Rusia.