El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó que el gobierno de Donald Trump ha cancelado el 83% de los programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), tras una revisión de seis semanas. La decisión implica la anulación de 5.200 contratos y la reducción drástica del presupuesto de la agencia, que hasta ahora destinaba 42.800 millones de dólares en programas de asistencia humanitaria y desarrollo en más de 120 países.
Rubio argumentó que estos contratos representaban un gasto ineficiente e incluso perjudicial para los intereses nacionales de EE. UU. La medida se enmarca dentro de la orden ejecutiva firmada por Trump en enero, que congeló la ayuda exterior mientras se revisaba su alineación con la política de su gobierno, especialmente en temas como aborto, planificación familiar y diversidad.
La decisión ha generado fuertes críticas de organizaciones internacionales, que advierten sobre el impacto negativo en poblaciones vulnerables. USAID ha sido clave en la lucha contra el hambre, la promoción de la salud pública y la estabilidad en países en crisis. Los recortes ponen en riesgo proyectos esenciales en África, América Latina y otras regiones que dependen de esta asistencia.
A pesar de la controversia, la administración Trump sostiene que la política de reducción de gastos y reestructuración gubernamental, impulsada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo el liderazgo de Elon Musk, busca optimizar los recursos y evitar el despilfarro de fondos públicos.