El número de fallecidos en los devastadores incendios que azotan la región de Valparaíso, a 100 kilómetros al oeste de Santiago, aumentó a 122, de los cuales solo 32 han podido ser identificados, informó este lunes el Servicio Médico Legal (SML) de Chile.
El presidente chileno, Gabriel Boric, dijo el domingo que la cifra “va a crecer significativamente” y que “es la tragedia más grande que hemos vivido como país desde el terremoto del 27 de febrero de 2010… Una de las urgencias más acuciantes es recuperar los cuerpos de las personas que han fallecido”, declaró el mandatario desde Quilpué, una de las localidades más afectadas por las llamas.
En Viña del Mar, otra ciudad muy golpeada por el fuego, estiman que hay más de 370 desaparecidos, que no implica que todas ellos estén muertos pero sí da una idea de la magnitud de la catástrofe. Las llamas han destruido más de mil casas.
Según el último reporte de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), hay al menos siete incendios activos actualmente en Valparaíso, siendo el de mayor magnitud el de la Reserva Lago Peñuelas/Las Tablas, al costado de la principal autopista de la zona, que ya ha quemado cerca de 9.300 hectáreas.
Este incendio, junto al que se desarrolla en Lo Moscoso, con 1.350 hectáreas abrasadas, preocupa especialmente por su virulencia y su cercanía a zonas densamente pobladas. Se calcula que hay entre 3.000 y 6.000 viviendas afectadas por el fuego y el Ministerio de Salud decretó la alerta sanitaria en la zona.
Las autoridades albergan la esperanza de que la mejora en las condiciones climáticas que se están registrado, con un leve descenso en las temperaturas y un aumento de la humedad, ayuden a controlar los focos que siguen activos y permitan a los servicios de rescate entrar en las zonas más devastadas.
“Resulta difícil pensar que pudieran existir personas tan miserables y desalmadas capaces de generar tanta muerte y dolor pero, si esas personas, existen las vamos a buscar, las vamos a encontrar y tendrán que enfrentar el repudio no solamente la sociedad entera, sino que también todo el peso del derecho y la ley”, aseguró Boric, que decretó dos días de luto nacional a partir del lunes.
Aunque los grandes incendios no son un fenómeno nuevo en Chile -ya vivió años críticos en 2014, 2017 y en 2023, entre otros- este último tiene una dimensión sin precedentes por el número de víctimas.
Uno de los factores que más ha llamado la atención es la rapidez con que los incendios se propagaron. “En solo 10 minutos, el fuego estaba con nosotros. Había humo, el cielo se volvió negro y todo estaba oscuro. El viento era como un huracán. Era como estar en el infierno”, dijo a la prensa local una mujer que estaba en una de las zonas afectadas.
Chile ha sufrido sequías durante los últimos 14 años aproximadamente, lo que ha sido atribuido directamente por los científicos al cambio climático.
El fenómeno afecta principalmente a la zona central del país -donde se encuentra la región de Valparaíso- debido a un déficit de lluvias prolongado.
Aunque el invierno pasado llovió más que en años anteriores, los expertos han advertido que las consecuencias de la sequía siguen presentes.
«Las lluvias (del año pasado) generaron vegetación que cuando se secó se transformó en extremo combustible», le dice a BBC Mundo Héctor Jorquera, académico del departamento de ingeniería de la Universidad Católica de Chile.
Con información de El Comercio y BBB News