Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los hospitales de Gaza y Cisjordania y otras infraestructuras médicas vitales han sido atacados casi 600 veces desde que estalló la guerra en Gaza como respuesta al ataque dirigido por Hamás en el sur de Israel.
De acuerdo a este informe en esos 600 ataques, unas 613 personas han muerto en las instalaciones y más de 770 han resultado heridas.
El portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, condenó la continuación de los combates y los bombardeos y afirmó que «la reducción del espacio humanitario y los ataques contra la asistencia sanitaria están llevando a la población de Gaza a una situación límite».
Los ataques han afectado a 94 centros sanitarios, entre los que se encuentran 26 hospitales dañados del total de 36 que hay en la Franja de Gaza.
Por otra parte, la directora del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) afirmó en un comunicado que los niños de Gaza «están atrapados en una pesadilla que empeora cada día que pasa».
Catherine Russell señaló que las vidas de los más pequeños «corren cada vez más peligro debido a enfermedades prevenibles y a la falta de alimentos y agua». Todos los niños y civiles deben estar protegidos de la violencia y tener acceso a servicios y suministros básicos», añadió.
Los casos de diarrea en niños menores de cinco años aumentaron de 48.000 a 71.000 en sólo una semana a partir del 17 de diciembre, lo que equivale a 3200 nuevos casos de diarrea al día.
Russell subrayó que este aumento significativo indica que la salud infantil en Gaza se está «deteriorando rápidamente». Antes de la escalada de las hostilidades, se registraba una media de 2000 casos al mes de diarrea en menores de cinco años.