El 2 de febrero de 2003 fue una fecha que quedó marcada para el gremio de transportadores del municipio de Villanueva, en el sur de La Guajira. La muerte de 11 taxistas dejó una herida de dolor para el pueblo entero, pero sobre todo para las familias que encontraban su sustento en el trabajo de transportar pasajeros desde dicho municipio hacia Valledupar.
En la actualidad, la Cooperativa de Transporte de Villanueva La Guajira, Cootransvig, es ejemplo de lucha y resiliencia. Han esperado 21 años por la reparación de estos hechos ocasionados por el conflicto armado y hoy la Unidad para las Víctimas avanza decididamente para hacerlo realidad.
“Vemos que esa lucha tiene una recompensa y que estamos a punto de gozar de ella, ese fue un suceso que a mí todavía no se me ha podido borrar de mi mente, ni se va a borrar jamás. Emprendí la lucha para conseguir esto, hoy me siento premiado”, señaló Luis Leopoldo Gámez, asociado y fundador de la Cooperativa de Transportadores de Villanueva.
Por su parte, Mario José Ríos Oñate, director territorial de la Unidad para las Víctimas en Cesar-Guajira dijo: “Estamos comprometidos en acelerar este proceso para iniciar la fase de implementación de este plan en el 2025. Con alrededor de 30 familias se buscó definir el destino que tendrán los recursos de su reparación colectiva, alrededor de 3.780 millones de pesos, que serán ejecutados dentro de los tres años de implementación de su Plan Integral de Reparación Colectiva”.
De la mano de las víctimas en Villanueva, exactamente en el Museo del Acordeón, la Unidad se reunió con los miembros de la Cooperativa, Sujetos de Reparación Colectiva (SRC), con quienes trabajó en el diseño y formulación del plan.
La Unidad identificó que este SRC apunta a priorizar planes de inversión enfocados al fortalecimiento de su capacidad organizativa como la compra de una sede administrativa, entrega de dotación para la misma, consecución de activos productivos y, la puesta en marcha de alrededor de 15 acciones que contribuyan a la recuperación de aspectos culturales como la realización de las fiestas tradicionales en honor a la Virgen del Carmen, patrona de los conductores.
Dos masacres marcaron un hito en Villanueva no solo por la sevicia sino porque sus familiares se han encargado de defender la dignidad y la memoria de sus seres queridos sin descanso. Dichas masacres son conocidas como la de “las velas” y la de “los taxistas”. La primera (8 de diciembre de 2002) dejó doce muertos en los barrios Cafetal y San Luis, además de hostigamientos al comando de Policía; y la segunda, perpetrada el 2 de febrero de 2003, asesinaron a 6 personas pertenecientes al sector de los taxistas en la ruta entre Villanueva y Valledupar.