Yelenka González es la maestra de Sararao, quien dedica parte de su tiempo a compartir con sus estudiantes el valor del agua potable, del que disfrutan desde el pasado 11 de junio de 2021, una vez entró en funcionamiento el módulo de pilas públicas que construyó en ese territorio el Ministerio de Vivienda, a través del programa ‘Guajira Azul’.
De esas conversaciones con sus alumnos, nació el club de defensores del agua, para promover en sus familias su buen uso, como bien lo comparte Danis Joel Arpusana Ipuana, estudiante de quinto de primaria.
Danis es un líder innato, quien se ha tomado muy en serio la defensa del agua potable, y lo deja claro en cada visita que realiza a las familias de la comunidad junto a sus compañeros de curso.
Las conversaciones son en wayuúnaiki, su lengua ancestral, por eso el mensaje lo entienden muy bien los viejos de la comunidad, así como sus padres Andrés y María Eugenia, quienes aún no creen que después de tantos kilómetros recorridos para buscar agua en un molino, hoy pueden disfrutar de una infraestructura en el territorio que les provee del líquido.
“Yo les digo, que hay que cuidar el agua, que no la desperdicien, que el agua es vida y la necesitamos”, expresó.
Danis Joel es un buen estudiante, sus materias preferidas son el español y las matemáticas, cumple con las tareas que le deja su profesora, pero prefiere recibir las clases en el colegio de siete de la mañana a doce del mediodía.
Su delgado cuerpo contrasta con la viveza de sus ojos y su amplia sonrisa con ese amor que revela por todo lo que puede disfrutar en su territorio, desde el parque construido al interior de la infraestructura de la pila pública, su colegio, la moderna UCA, los animales y su familia.
La docente
Dice Yelenka González que la pila pública puso de moda a Sararao, porque no solo están disfrutando de agua potable, sino de otros beneficios que les ofrece el Gobierno nacional, como la construcción de una moderna UCA, donde el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar atiende a los niños menores de 5 años.
También se benefician del programa Acción Contra el Hambre, que son proyectos productivos para la comunidad, y de otros beneficios para los estudiantes de la escuela.
Yelenka es wayuú del territorio de Sararao, desde niña también sufrió por no disfrutar de agua potable, por eso le comparte a sus alumnos sobre su cuidado y su uso.
“Los niños defensores del agua son los que se encargan de motivar a los miembros de la comunidad sobre el cuidado que se debe tener con el agua potable, ellos llegan a las diferentes casas y van transmitiendo ese conocimiento”, explicó.
Son 43 niños desde preescolar hasta quinto de primaria, quienes reciben capacitación sobre el uso del agua potable, y el valor de la pila pública para que también aprendan a cuidarla.
“Esta obra es muy importante, especialmente porque nos brinda agua potable”, apuntó.
Destacó también el trabajo de concientización para el buen uso de la infraestructura del equipo de la Administración Temporal a través de su líder Juan Felipe Romero, quienes motivaron conformar el club de defensores del agua.
El cogestor
Alrededor del módulo de pilas públicas, se generan otros temas importantes como es la apropiación de la comunidad para administrarla a través de un cogestor que ellos mismos escogen.
Por eso, Luis Emiro González es quien opera y administra la pila pública de Sararao, a través de una corporación que conformaron para atender a los usuarios y llevar el control del agua que se suministra diariamente.
El cogestor contó que cada día se atiende en el sitio entre 30 y 40 personas, a quienes se les entrega aproximadamente 800 litros de agua potable.
Para la operación y administración de la infraestructura, Luis Emiro fue capacitado, se conoce todo el proceso y tiene claro qué cantidad de agua se debe entregar a cada usuario, y a los carrotanques que distribuyen para las otras cuatro pilas públicas.
“Los usuarios deben traer una tarjeta para llevar como corresponde el control, a cada uno se le entregan 35 litros por semana”, dijo.
En Sararao está ubicada la pila principal, de allí se distribuye el agua tratada por carrotanques a las otras cuatro. “Estamos contentos y agradecidos porque gracias a este proyecto podemos beber agua potable”, precisó.
Cada pila pública cuenta con el servicio de un cogestor, responsable de cuidar y administrar el agua.
El módulo de pilas públicas de Sararao está conformado por otras cuatro pilas como Majayulumana, Masamana, Ulain y Orroko, que fueron construidas con un aporte de 4.099 millones de pesos de obras por impuestos de ISA Intercolombia, beneficiando a 10.201 habitantes de 81 comunidades wayuú, en zona rural dispersa del municipio de Maicao, de acuerdo a información oficial del Viceministerio de Agua.
El módulo tuvo una inversión adicional de más de 316 millones de pesos, recursos de Cancillería y el Sistema General de Participaciones a través del PDA.