El Juzgado Tercero Penal con funciones de control de garantías, amparó los derechos fundamentales a la vida digna, a la salud y el acceso a agua potable invocados por el señor José Elmis Meza Amaya, actuando en nombre propio y de su hija menor Meily José Meza contra la Alcaldía de Riohacha.
El Juzgado ordenó al representante legal del Distrito o a quien haga sus veces, para que en el término de 48 horas siguientes a la notificación del fallo, implemente las alternativas más idóneas, que garanticen el suministro mínimo y continuo de agua potable al accionante y su hija menor de edad, que les permita vivir digna y sanamente.
Para ello, la Alcaldía deberá realizar dentro del mismo plazo, una visita al inmueble del demandante en el corregimiento de Camarones, con el fin de establecer necesidades básicas de agua y el medio idóneo para el suministro de dicho recurso de forma transitoria y definitiva.
Además, ordenó a la entidad accionada, que en el término de 60 días, contados desde la notificación de la providencia, realice las acciones administrativas, presupuestales, contractuales necesarias, diseñe y ejecute un proyecto que brinde una solución definitiva a la puesta en marcha del sistema de abasto de agua del corregimiento de Camarones que garantice el acceso, la calidad, la disponibilidad y el goce del servicio de agua potable.
El Juzgado desvinculó del proceso tutelar a la Contraloría General de la República, y a la empresa Asaa.
El demandante
El abogado José Elmis Meza Amaya expresó que interpuso la demanda porque le duele la suerte de su pueblo, toda vez que ha vivido en carne propia las penurias por la falta de agua.
Precisó que es un ciudadano camaronero, con una discapacidad física y padre de una niña menor. Manifestó que siempre consideró injusto que contando el corregimiento con su acueducto no gozaran del servicio por falta de operación.
“Como habitante del pueblo vi construir con mucha esperanza el sistema de acueducto y alcantarillado, también pude observar cómo inició y mantuvo su operación entre 2014 y primer semestre de 2016, pero con frustración también me tocó ser testigo de la parálisis y abandono al que fue sometido después esta importante obra”, señaló. Indicó, que siempre le llamó la atención que en torno al acueducto de Camarones hubiera tanta desinformación, especulaciones, discusiones en el pueblo, visitas y peregrinaje de organismos de control y funcionarios públicos a la planta del acueducto, al punto que ya parecía que fuera un “lugar de recreación o turismo”, lo que no resolvía el suministro.