Tres meses de diálogo en donde el palabrero wayuú Orángel Gouriyu, caminó de la comunidad de Guaimaral a Irruain, permitió que dos familias wayuú en conflicto suscribieran un pacto de no agresión.
En la enramada del clan Ipuana, la señora Zaida Cotes en Guaimaral, entregó la suma de 40 millones de pesos en efectivo que representan 31 reses, 700 chivos, 2 mulas, 5 collares, 1 arma y 2 tumas, para que el palabrero regresará a la comunidad de Irruain y lo entregará a la familia del clan Epieyu.
De esa manera el clan Ipuana pagaba una ofensa y sellaba el pacto de no agresión con los Epieyu, para lo cual ambas familias firmaron un acta en presencia del director nacional de Asuntos Indígenas, César Fandiño, Dai Siosi, de la Defensoría del Pueblo, funcionarios de la Alcaldía de Manaure, la Personería municipal, y representantes de ambas familias.
El palabrero Orángel Gouriyu, quien se metió entre las familias en conflicto reconoció la disponibilidad de los mayores para avanzar en los diálogos, y lograr después de tres meses concretar el pacto que les permitirá el respeto mutuo y poder desarrollar sus actividades sin miedo alguno.
Las partes en conflicto
Abel Mengual es abogado wayuú, representa al clan Epieyu, y aseguró que suscribir el pacto de no agresión representa mantener la paz en el territorio, y evitar cualquier derramamiento de sangre. Expresó que suscrito el pacto se debe respetar y cumplir lo que quedó consignado en el acuerdo. “Esto fue un proceso de 3 meses, entre el palabrero Orángel y las partes en conflicto”, dijo.
El abogado explicó que la dificultad en el proceso de diálogo estuvo en la posición de las partes, pero finalmente se llegó al acuerdo. Por su parte, José Domingo Bonivento, quien recibió el pago al resultar herido en un altercado con miembros del clan Ipuana, se mostró conforme, y aseguró que respetará el acuerdo.
“Seré muy respetuoso de este acuerdo, y seré veedor para que mi familia también lo respete, verán ellos si lo irrespetan, pero nosotros lo respetaremos”, dijo en su lengua wayuunaiki.
Zaida Cotes es una líder wayuú y autoridad tradicional de la comunidad de Guaimaral donde vive con toda su familia. El altercado de dos de sus hijos con el clan Epieyu la intranquilizó durante varios meses, por eso decidió aceptar la intermediación del palabrero Orángel Gouriyu para di rimir el conflicto.
Ella fue la anfitriona en su comunidad, allí se dio la primera parada del palabrero quien explicó cómo se dieron los diálogos y el acuerdo al que se llegó para suscribir el pacto de no agresión.
“Esto es una felicidad para nosotros, porque como wayuú debemos hacer uso de la cultura y por eso con la palabra logramos llegar a este acuerdo”, precisó. En su relato contó que siempre aconsejó a sus hijos, y les expresó que cuando se tiene una dificultad se logra la solución y eso precisamente fue lo que sucedió.
“Quiero tener paz y tranquilidad con mi familia; este pacto lo vamos a respetar, y seré la guardiana de este proceso”, precisó.
El palabrero
Orángel Gouriyu es un reconocido palabrero, su capacidad de escucha y paciencia le han permitido desde la palabra lograr la paz de muchas familias en conflicto en diferentes sitios de La Guajira.
El palabrero es una persona respetuosa y tiene claro cuál es su papel en la resolución de conflictos. Para este conflicto entre las familias de los Ipuana con los Epieyu, logró un acuerdo después de varios meses de encuentros donde escuchó a cada una de las partes.
Orángel explicó que el problema se suscitó en un primer altercado que se presentó el 1 de enero de 2023, en un estadero en la vía al Pájaro donde se encontraron varios jóvenes del clan Epieyu con los Ipuana.
“Allí se formó una discusión donde el clan Ipuana levanta a plomo a uno de los Epieyu, hubo maltrato físico pero ese día no pasó nada.
Ese mismo día los Ipuana se llevaron dos motos de los Epieyu”, explicó. Precisó, que el clan primero de agosto de este 2024 en un velorio cerca al corregimiento de La Gloria, se encuentran jóvenes de ambas familias, quienes se agreden con arma de fuego donde resultan cuatro heridos del clan Ipuana, uno del clan Epieyu, y un vehículo cuatro puertas averiado por los impactos que recibió.
“Cuando asumí como mediador lo vi muy complejo, por los heridos de ambas partes. Yo di una luz, les dije aquí se faltó a la palabra de ambas partes.
Les propuse que perdonaran lo que pasó el primero de agosto de este año y se iniciara la conciliación con lo sucedido el primero de enero de 2023 en el estadero en la vía al corregimiento de El Pájaro”, expresó.
En tanto, el director nacional de Asuntos Indígenas, César Fandiño, mostró su respeto a la forma como las familias wayuú resuelven sus diferencias a través de la figura del palabrero.
“Expreso mi satisfacción porque ustedes aún están pensando en arreglar sus diferencias de acuerdo a su ley de origen, de acuerdo al derecho mayor y al sistema normativo wayuú, lo que fortalece la cultura wayuú”, dijo.
Agregó, “espero que las diferencias que tuvieron por algún motivo que lograron dirimir a través de la palabra sea fuerte y permanezca en el tiempo”.