La empresa minera Cerrejón afronta desde el pasado 19 de julio un nuevo bloqueo por parte de un grupo de autoridades tradicionales y líderes indígenas de la organización Nación Wayuu en la línea férrea de la compañía, la cual transporta carbón desde la mina hasta Puerto Bolívar y realiza la distribución de agua potable a las comunidades locales aledañas.
El bloqueo surge en respuesta a las quejas y desacuerdos presentados por la organización Nación Wayuu al Gobierno nacional sobre las decisiones de la Oficina de Consulta Previa del Ministerio del Interior (Dancp). Las autoridades indígenas consideran que la exclusión de algunas comunidades de las consultas que Cerrejón debe realizar bajo el fallo T-704 viola sus derechos fundamentales.
Cerrejón indicó que ha estado cumpliendo de buena fe con las consultas ordenadas por la T-704, alcanzando acuerdos con 373 de las 427 comunidades involucradas. De estos, 305 acuerdos han sido cerrados tras la completa entrega de compromisos que incluyen más de 2,100 iniciativas de mejora en infraestructura, generación de ingresos y acceso al agua, entre otros. Además, se han implementado medidas adicionales de mitigación para fortalecer la gestión de impactos.
En el marco de este proceso, Cerrejón y 69 comunidades representadas por Nación Wayuu han alcanzado acuerdos formales que han contado con la participación del Ministerio del Interior y otras instituciones gubernamentales. No obstante, Nación Wayuu ha decidido bloquear la operación ferroviaria en protesta por las decisiones de exclusión en el proceso de consulta.
Cerrejón ha hecho un llamado a un proceso de diálogo para abordar las preocupaciones y malentendidos. La compañía ha expresado su respeto por el proceso definido por las normativas colombianas y su compromiso con la gestión de impactos en las comunidades.
Este nuevo bloqueo se suma a más de 200 bloqueos que Cerrejón ha enfrentado en lo que va del año, poniendo en riesgo el funcionamiento normal de la operación y teniendo importantes repercusiones económicas y sociales para el departamento de La Guajira y sus comunidades.
La situación actual plantea un desafío significativo para la empresa y las comunidades locales, destacando la necesidad de un diálogo abierto y efectivo para resolver las diferencias y asegurar el bienestar de todas las partes involucradas.