Los usuarios del servicio de energía eléctrica que hemos sido azotados por Air-e, estamos felices. Pero la mayor felicidad la tienen las seis agremiaciones que representan al billonario sector eléctrico del país: Andesco, Acolgen, Andeg, Asocodis, Naturgas y Ser Colombia. A los usuarios les van a suspender la opción tarifaría para darle un utópico alivio en su factura que no supera el 25%, y que regirá desde octubre.
A las empresas y agremiaciones, el gobierno de Gustavo Petro, les aseguró que asumirá la deuda generada por la famosa Opción Tarifaría, una falacia económica que nació durante la pandemia, pero que en el fondo nunca se tradujo en alivio real.
A las empresas agremiadas se les reconocerá más de 5 billones de pesos, que saldrán del mismo bolsillo de los colombianos, para cumplirle al sector eléctrico, que cada día crece más, a costa del sacrificio de los usuarios.
El pasado lunes, William Mercado, Comisionado de la Creg, anunció que se acatará la decisión del Tribunal Contencioso del Atlántico, que falló una acción popular presentada por los Personeros de Barranquilla, Santa Marta y Riohacha, en donde reclamaban reducción de tarifas.
La primera medida, ya todos la hemos escuchado. Van a suspender el famoso Costo de Opción Tarifaria, un adefesio económico que nació en la pandemia para aliviar la facturación cuando el Covid tenía atrincherados a los caribeños en sus hogares, obligando a disparar los consumos de energía en forma vertiginosa.
Resulta que este costo finiquita en el mes de noviembre del 2024. O sea, faltan apenas menos de dos meses para que automáticamente desaparezca legalmente. Eso significa que el costo de Opción Tarifaria no desaparece por fallo judicial. El presidente Gustavo Petro lo anunció el 7 de mayo en Barranquilla, y no había fallo judicial.
La solución al problema de las altas tarifas se hará de forma tangencial y temporal. No se están abordando los elementos tóxicos que generan los incrementos tarifarios, y nos hacen creer que como vivimos en zonas calientes, debemos pagar más que los andinos.
Las sanguijuelas que están apiñadas a las tarifas de energía en el Caribe, van a seguir. Un ejemplo son las llamadas pérdidas, que realmente las asume el usuario y no el comercializador. También seguirá la sobretasa a la comercialización del 20% que se aplica en esta región. Estos factores, son apenas la punta del iceberg que elevan los costos de las tarifas.
Pero, al juego tarifario que rigen en el Caribe se le aplican algoritmos, que el usuario de abarcas y guaireñas no entiende. Nos hacen creer que si consumen menos de 173 kv, tendrán un subsidio para amortiguar el costo del kilovatio/hora. Es una utopía que nos hicieron creer, pero que en la realidad no existe. Una historia que debemos contar.