Un nuevo periodo de Gobierno se vive en la ciudad de Riohacha, en manos del alcalde Genaro Redondo, quien asumió el cargo en medio de las expectativas de la comunidad que sigue esperando esas obras que marquen el camino de ese desarrollo social y económico tan esquivo en los últimos años.
La capital de La Guajira continúa atravesando por un sinnúmero de dificultades, algunas de ellas que solo necesitan el pleno ejercicio de la autoridad como la invasión del espacio y el caos vehicular, que este Gobierno tampoco da muestras de poder con semejante problema.
El médico asumió una administración en medio de una crisis económica e institucional, y con poca capacidad de maniobra para darle cumplimiento a lo que será el Plan de Desarrollo 2024-2027, razón por la cual es urgente que encuentre ese camino para tener la claridad necesaria hacia dónde va a concentrar los esfuerzos.
A lo que se suma la inconformidad de la comunidad por la deficiencia en la prestación de los servicios públicos por parte de las empresas operadoras como Aqualia, Air-e, e Interaseo.
Si bien se reconoce la apuesta del médico por desarrollar actividades que recuperen el sentido de pertenencia de los ciudadanos y de su deseo de inversión en el ser humano, no se siente a la administración como tal.
El equipo de Gobierno es pasivo, con pocas acciones en lo práctico que demuestren que llegaron a trabajar por la ciudad y con los ciudadanos.
Es cierto también que solo van dos meses y nueve días de este nuevo Gobierno, y sería injusto calificarlo, pero con alertas a tiempo se puede analizar la situación y tomar los correctivos del caso.
Esta administración tiene todo un reto por delante y es que el alcalde demuestre toda su capacidad como capitán de un barco que está a la deriva, y que los funcionarios cumplan a cabalidad con todas sus responsabilidades, entre ellas la atención a una comunidad que sigue esperanzada en que les mejore su calidad de vida en un territorio amigable con el medio ambiente.