En la medida en que se van resolviendo las demandas electorales en contra de los alcaldes y el gobernador de La Guajira, muchos forajidos virtuales que sin ningún grado de responsabilidad y ante un sinnúmero de lectores que convierte lo irreal en real, generando información de primera totalmente tergiversada, y por ser primerazo, consideramos que es la información que más corre. Ya quedan pocas demandas por resolver. En el ábaco de la política en La Guajira, solo falta por resolver las demandas de los municipios de Riohacha, Albania y del actual gobernador de La Guajira.
Los pandilleros virtuales no dejan de ser esas personas que transitan por las redes sociales gozando con el sufrimiento físico o psíquico de quienes son blanco de su sadismo, tal como ocurrió el pasado primero de julio de 2024, cuando el gobernador de La Guajira Jairo Aguilar se encontraba celebrado las efemérides del departamento, un pandillero virtual inundó las redes sociales con la información que el gobernador iba ser destituido. Algo sí sabía la fuente primaria del pandillero virtual, lo que pasó fue que, para pasar una factura de cobro de orden político a Jairo Aguilar le soltaron por redes la noticia negativa, no teniendo en cuenta que la información era todo lo contrario, el Consejo de Estado negó la nulidad del acto que declaró la elección del gobernador de La Guajira.
Sin inmiscuirnos en las causas que dieron origen a las demandas, nos resta decir que quedan pocas por resolver, lo que presagiamos que podríamos finalizar el año 2024 con demandas y es allí en donde los mandatarios demandados tienen que dedicarse a recuperar el tiempo perdido y trabajar el doble a partir del 01 de enero del 2025 para demostrarle a quienes lo eligieron que su voto de confianza no lo perdió. Sabemos y entendemos que quienes demandan no han aprendido a soportar la derrota, pero más allá de los fallos judiciales, predomina en La Guajira la sed de venganza política, el hambre por hacer el daño al contradictor y la hartura por generar el caos administrativo que satisfacen a quienes están detrás de este tipo de situaciones que muchas de ellas no prosperan y otras son del máximo cuidado.
Estamos en la temporada de los fake news en donde la real información es falseada y tergiversada con adulteración premeditada, solo para causar daño, claro, y es así. Si la información falsa no es para generar zozobra en los aliados del demandado, entonces tiene que ser una verdad y automáticamente deja de ser fake news. Casualmente quienes propagan la falsa noticia, se tropiezan hasta con los borradores de los fallos judiciales, fortaleciendo su intencionalidad.