Las ciudades crecen de la mano de su gente, Riohacha requiere con urgencia que sus habitantes la amen, es la palabra clave para impulsar su desarrollo económico y social de la mano de sus instituciones.
Hoy la capital de La Guajira sufre del desarraigo de quienes la están habitando, poco se interesan por cuidarla y muchos gozan atentando contra sus algunos de sus bienes como los parques infantiles.
La capital de La Guajira brinda albergue a propios y a quienes llegan en busca de una posibilidad de trabajo, pero también es refugio para habitantes de la calle y consumidores de drogas.
La situación es entonces muy compleja que requiere no solo del llamado de las autoridades, sino que con sus actuaciones también generen esa confianza que se ha perdido en la gente.
La ciudad es de todos y por tanto es necesario velar por ella, cuidarla y también aportar desde los diferentes roles para demostrar ese sentido de pertenencia que se ha ido perdiendo en el tiempo. En ella crecen los hijos y nietos, es el territorio de los viejos y de los recuerdos por tanto no es válido olvidarla porque te ofrece la seguridad de un tesoro que tiene un alto valor como lo es la casa.
Por eso no se puede permitir que aquellas personas dedicadas al vandalismo sigan atentando contra sus bienes, que los habitantes de calle y consumidores de drogas se apoderen de sus espacios generando algunas dificultades con vecinos. Riohacha es de todos, y el llamado es a cuidarla con esas pequeñas acciones necesarias para mostrarla próspera y amigable con el medio ambiente.
El alcalde en tanto debe seguir promoviendo el amor por la ciudad, pero al tiempo, generando esa confianza tan necesaria para recuperar el sentido de pertenencia de los ciudadanos que se logrará en la medida que muestre total transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Además de recuperar los sitios públicos que se encuentran en manos de los habitantes de la calle y consumidores de drogas, ese es un tema que merece un tratamiento especial y urgente.