En el panorama nacional, La Guajira se encuentra en el ‘tibiri tabara’. Es una bella tierra, compuesta por todos los pisos térmicos, con un subsuelo lleno de riquezas, bañada por un mar de 407 kilómetros de costas y 10 ríos con aguas cristalinas que bajan desde dos grandes sistemas montañosos.
El ‘tibiri –tabara’ les coquetea a todos los pretendientes, pero al final, con nadie concreta nada. Sus dueños, no hacen, pero tampoco dejan hacer. Quieren tener un modelo excepcional de vida, pero no les gusta el trabajo. Le gusta las dadivas, pero crean barreras de inseguridad para que nadie ingrese a su territorio.
Amen, de tener un emporio del mejor carbón térmico, se cuenta con un buen porcentaje del gas natural que consume Colombia. Ahora, los grandes inversionistas del mundo le coquetean para instalar en este territorio, sus plantas para producir Hidrógeno Verde, la energía limpia que cambiará totalmente las fuentes energéticas, para producir unas más livianas, con mejores precios y menos contaminación ambiental.
Para muestra un botón, el miércoles 6 del mes de marzo del 2024, Colombia y Alemania crearon el Comité Directivo del Grupo de Alto Nivel de Hidrógeno Verde para impulsar proyectos de energías renovables. Esta fue la tercera reunión diplomática en busca de crear una cooperación comercial para formar una industria del hidrógeno que surta la demanda a nivel nacional y exporte al país europeo.
El epicentro para la inversión que se ha analizado durante estos encuentros es Colombia, con su región Caribe, en donde emerge el departamento de La Guajira con el mejor y mayor potencial para convertirse en “una importante zona industrial de hidrógeno y entregar volúmenes significativos a los mercados locales e internacionales a precios competitivos”, como lo han dejando sentado el Ministerio de Minas y Energía de este país.
Christopher Hebling, director internacional del Instituto Fraunhofer de Energía, y con Carsten Rolle, director de Energía y Clima de la Federación de la Industria Alemana, recientemente entregó declaraciones a El Espectador, en donde precisó cómo funciona, opera y comercializa el Hidrógeno Verde, la gran solución energética para frenar la contaminación del planeta.
Para los alemanes, que desde hace dos años vienen dialogando con grupos de La Guajira y de la Organización Indígena del Caribe, el tema es “explicarles muy bien a la población de qué se trata la transición energética. Porque las comunidades tienen que apropiar todas esas nuevas tecnologías. Por eso, el diálogo con la sociedad civil, la comunicación y la educación deben ser objetivos conjuntos”.
Este grupo tiene pautas claras, sobre cómo sería la negociación con los nativos propietarios y habitantes de la región. ¿Será que, en La Guajira, estamos en condiciones de cambiar estos criterios viscerales e individuales, para facilitar unos acuerdos? Mientras los guajiros, al mejor estilo del ‘tibiri-tabara’, dormimos sobre nuestras riquezas, otros proyectan y decidirán sobre nuestro futuro.