Gabriel García Márquez, el Nobel de ancestros guajiros, fue un amante de la música de acordeón. No faltaba a los festivales de Fundación, Aracataca, Valledupar y a las grandes parrandas de Villanueva, Urumita, Fonseca, en donde aprendió a disfrutar de un género musical que, con fundamento en el acordeón, comenzaba a invadir los corazones de los colombianos.
Por eso, en ‘Cien Años de Soledad’, muchas de sus páginas permiten leer historias que develan el maravilloso mundo de Macondo, como la mitológica leyenda de Francisco El Hombre, quien se enfrentó, ‘al mismo diablo’ cuando se encontraron en un camino polvoriento entre Galán y Machobayo, donde se deleitaron sacándole ‘chispas’ a una extraña caja mágica, que llegó al muelle de Riohacha, y nadie sabía de qué se trataba.
El primer sorprendido al ver que su hijo, Francisco Moscote Guerra, nacido en 1.849 en la pequeña comunidad de Galán, había descubierto el arte de poner a sonar la caja mágica que llegó de Europa, fue su propio padre, José del Carmen “Chema” Moscote. No había duda, el silencioso Francisco, tenía vena musical.
“Meses después volvió Francisco el Hombre, un anciano trotamundos de casi 200 años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas por él mismo. En ellas Francisco el Hombre relataba con detalles minuciosos las noticias ocurridas en los pueblos de su itinerario, desde Manaure hasta los confines de la ciénaga, de modo que, si alguien tenía un recado que mandar o un acontecimiento que divulgar, le pagaba dos centavos para que lo incluyera en su repertorio.
Fue así como se enteró Úrsula de la muerte de su madre, por pura casualidad, una noche que escuchaba las canciones con la esperanza de que dijeran algo de su hijo José Arcadio” así nos deleita ‘Cien Años de Soledad’, con la leyenda de Francisco El Hombre.
Un siglo después, Francisco El Hombre, es la mejor leyenda que los guajiros pueden mostrar al mundo, y que dio origen a un género musical llamado Vallenato, que recorre todos los ámbitos de la farándula, que hoy en Riohacha, pone en escenas a las nuevas generaciones que esperan convertirse en reyes y émulos de ‘Francisco El Hombre’.
Una villanuevera, Imera Mejía, es la actual Reina del Festival, quien deslumbró al jurado y al público apostado en las playas de Riohacha, con temas como ‘El pollo vallenato’, ‘Nueva luna’ y ‘Parranda en el cafetal’.
Este año, 12 agrupaciones se disputarán la XVI versión del festival, las cuales clasificaron durante un periplo nacional que tuvo como escenarios las ciudades de Medellín, Barranquilla, Valledupar, Bucaramanga, Bogotá y Riohacha, en donde se exaltan lo mejor del vallenato con nuevos aires: mejor cantante, mejor agrupación y mejor acordeonero.