De las peores crisis, salen las mejores alternativas para alcanzar el desarrollo. Europa y Asia son muestras tangibles que lograron superar los efectos apocalípticos de las guerras, para convertirse en grandes potencias de producción.
La crisis que atraviesa La Guajira no es ajena a los graves problemas que tiene el país: corrupción, inversión de valores, exclusión, factores que han generado una descomunal desigualdad social en una nación con más de 210 años de independencia.
A cada región le llega su oportunidad. En el Caribe hay muestras fehacientes: Valledupar marcó un hito en la década de los 70 y 80, ahora lo está haciendo Barranquilla, que con buenos administradores se ha convertido en los últimos años en la ciudad con mejor ritmo de desarrollo.
Este 10 de julio, La Guajira tiene una excelente oportunidad para sentarse con el Gobierno nacional a estudiar los ejes de desarrollo, para iniciar un recorrido que le permita salir del atolladero que la ubica como una de las regiones con mayor rezago, junto a Chocó y los antiguos territorios nacionales.
La llegada de parte del equipo de Gobierno del presidente Duque, producto de los preacuerdos logrados durante el pasado paro cívico del mes de junio, nos permitirá plantear alternativas para reconstruir una malla vial, que se ha constituido en la principal causa de muerte, debido al pésimo estado que presentan. Tener unas buenas vías, nos facilitará el desarrollo de la industria turística, uno de los grandes filones generadores de progreso para el Departamento.
Además de las vías, es necesario que el Gobierno defina los recursos para terminar la Fase II y III del proyecto del Ranchería, cuya represa terminada en 2010, permitirá poner al servicio de la agroindustria 18 mil hectáreas de tierra, instalar una hidroeléctrica con capacidad para energizar al centro y sur del Departamento. Así mismo, se garantizará el suministro de agua permanente a por lo menos 10 municipios que hoy agonizan en temporada de verano.
Existen otros temas de suma importancia y trascendencia, que la misma dinámica de crecimiento organizado de la región los va solucionando, como son las intervenciones en materia de salud, agua potable, educación; el suministro confiable de combustible; desempleo que gravita negativamente en la búsqueda de un despegue sostenible de la región.
El diálogo de este miércoles no debe ser un espacio excluyente, solo reservado para quienes estuvieron en las barricadas protestando. Debe abrirse a otros sectores del pensamiento para ampliar la capacidad de negociación con el Gobierno.
Debe existir una relación de respeto entre nuestros líderes y los voceros del Gobierno nacional. No se trata de buscar a quienes tengan mayor capacidad de arengar, sino a aquellos que escuchen, propongan y concilien.
Bajo ese marco, parece que se han venido creando mesas de trabajo, que ya vienen organizando sus agendas temáticas que discutirán por separado en la sede de Uniguajira extensión Fonseca, con los ministros y funcionarios que envié el Gobierno.
Al final, los guajiros dejarán sentada su posición frente a un eventual plan piloto en la cuenca del río Cesar, que contempla el inicio del fracking como recurso tecnológico para penetrar a las profundidades de la tierra y extraer más petróleo y gas.