Parece que el espíritu de Ancus Marcius, uno de los primeros reyes de Roma, y de su cónsul, Livius, el famoso ‘Salinator’ estuvieran incoados en Manaure y no en Jónico. Ellos eran quienes manipulaban la explotación de la sal, hasta el punto que todo se pagaba con ese mineral, lo que originó las palabras ‘salarios’ y ‘asalariado’. Fueron dos personajes malvados para su época.
Hasta hace unos años, Manaure, en La Guajira, fue el Jónico de la era moderna. Este pueblo, enclavado a orillas del mar Caribe le producía a Colombia más de un millón de toneladas del mineral. Era quizás el mayor generador de regalías de ese entonces.
Hoy, el mismo pueblo está sumido en la pobreza absoluta. Parece que la maldición de ‘Salinator’ pesara sobre estas hermosas tierras.
La Biblia dice que en la antigüedad al malvado se le daba casa en el desierto o albergue en tierra salada. De allí se le han atribuido a la sal, poderes malignos e incluso propiedades claves en las prácticas de la alquimia.
Para Mahatma Gandhi la relación con la sal es la misma que la que tenemos con la lluvia que cae del cielo: nadie tiene por qué administrarla ni vendérnosla.
De los 118 elementos químicos, la sal marina tiene 80, algunos de ellos, los usamos a diario para preparar medicamentos, como el sulfato, magnesio, potasio, azufre, calcio, bromo, bicarbonato o estroncio. Esto significa, que a nuestra sal manaurera, solo la sacan para vender en bruto. Si se montara una planta en estas tierras, pudiéramos generar muchos más empleos, mejores dividendos económicos y bienestar social.
Pero la realidad es triste. Hoy las salinas, controladas por la empresa Sama, están cerradas por sus propios trabajadores. Los transportadores también han bloqueado la población. La corrupción es el pan de cada día. El egoísmo, ha provocado la destrucción del muelle, la planta de lavado, y el deterioro de toda la estructura productiva.
Todos piden la salida del gerente. Así pidieron la salida de Big – Group. También derrocaron a los hermanos Valbuena. Acabaron la concesionaria. En fin, todos parecen perseguidos por el espíritu malvado del rey Marcius.