Se nos fue la seño Carmen de Flórez dejando el mejor aporte a un departamento que la acogió como suya, miles de niños pasaron por sus manos y aprendieron de ella el amor por la lectura y la escritura.
No fue fácil emprender esa tarea titánica cuando decidió fundar el colegio Sagrado Corazón de Jesús, para formar niños en el preescolar y primaria, logrando el reconocimiento de los padres de familia y el cariño y el respeto de los alumnos que cada día llegaban al aula de clases.
Llegó a Riohacha en el año de 1959, a partir de ese momento se integró a la ciudad y cumplió uno de los sueños de su vida: un colegio propio para formar con docentes calificados a los niños que hoy, muchos de ellos han logrado éxitos en cargos de relevancia, pero también desarrollando empresas y generando empleo.
Si hay algo que reconocerle a la seño Carmen, es ese especial interés porque sus alumnos leyeran pero además por la caligrafía y la buena ortografía, para formar alumnos integrales en todo el sentido de la palabra.
Ese detalle que inculcó en los alumnos por la lectura, la ortografía y el buen uso del idioma, debe ser ejemplo para que se trabaje en las actuales instituciones como herramientas fundamentales para la comunicación.
El uso de la tecnología pareciera que hoy es el mejor arma para que los estudiantes dejen a un lado la lectura, la ortografía y la caligrafía, por eso el llamado a los docentes para que sigan estimulando en el aula de clases uno de los legados de la seño Carmen.
El mejor reconocimiento a la seño Carmen es el cariño que siempre recibió de los padres de familia y los alumnos que pasaron por sus manos, quienes de manera espontánea lo han hecho saber de diferentes maneras, por eso todos coinciden en esas gracias del alma a quien dejó una institución sembrada en el corazón de todos los guajiros.