Un reciente estudio del Observatorio del Caribe de la Universidad del Norte, indica que el 63 % de los colegios públicos de la región Caribe se ubicó en el nivel de desempeño más bajo (D) en 2023, según la clasificación del Icfes con base en los resultados de las pruebas Saber 11. En el análisis se incluyeron 1717 colegios públicos de las 22 entidades certificadas de la región, de las cuales solo el 4 % clasificó en categorías de rendimiento superior (A+ o A), el 9 % alcanzó un nivel alto (B) y el 23 % restante obtuvo un nivel intermedio (C).
Los datos revelan que los departamentos de Bolívar, La Guajira y el Magdalena sobresalen por la alta proporción de escuelas oficiales en el nivel deficiente. Situación que se evidencia en las capitales: Cartagena (61 %), Riohacha (52 %) y Santa Marta (51 %), y se agrava en municipios como Magangué (65 %), Uribia (96 %) y Ciénaga (83 %). En los municipios no certificados de estos departamentos, la proporción de escuelas públicas de bajo desempeño en Saber 11 también es elevada, siendo el indicador del 86 % en Bolívar y Magdalena, y del 81 % en La Guajira.
Las cifras no mienten y diferencian claramente que en las instituciones públicas de La Guajira continúa el rezago de la calidad educativa, lo que debe llamar la atención del Gobierno departamental y los alcaldes, para analizar con expertos la situación y determinar qué camino seguir para que el tema sea una prioridad en las secretarías de Educación y en las instituciones educativas.
Los docentes, padres de familia y alumnos son fundamentales para lograr que el departamento de La Guajira avance y supere esos últimos lugares al momento de las evaluaciones en calidad educativa, por ello el llamado es a que se autoevalúan, y que se sigan capacitando de la mano de las nuevas herramientas que ofrece la tecnología.
Al tiempo, los gobiernos deben garantizar de manera oportuna el servicio de alimentación y transporte escolar, fundamental para la permanencia de los estudiantes en las instituciones educativas.
Se trata de una cadena que debe funcionar de manera armoniosa y precisa, para que se empiecen a dar esos primeros pasos de exigencia y que al término de estos cuatro años de los nuevos gobiernos se muestren esos avances en calidad educativa.