La toma a la sede de la Nueva EPS en Riohacha por parte de los trabajadores del hospital San Rafael de Albania, podría considerarse como uno de los termómetros para medir la grave presión financiera que arrastran clínicas y hospitales de esta región.
Todas sin excepción, presentan el mismo diagnóstico financiero. De nada han valido los reclamos por parte de la Asociación de las clínicas privadas de este Departamento, los cuales fueron presentados casi a finales del año anterior ante la Adres en Bogotá.
Lo grave es que el 20 de septiembre del 2023 Adres expidió la resolución 0018087 en la que presentó las especificaciones técnicas y operativas para el giro a prestadores en La Guajira. Las condiciones se establecen en el marco de la emergencia económica, social y ecológica que, para el sistema de salud, también incluye la estrategia de Atención Primaria en Salud.
De allí en adelante han pasado muchas cosas, una de ellas, la acumulación de cuentas presentadas por parte de los prestadores de servicios en La Guajira, me refiero a las clínicas, hospitales y las IPS, que suplican por giros para poder mitigar el grave estado financiero que presentan sus arcas.
Hace poco para ser exactos, durante la audiencia realizada en la sede de Uniguajira, para escuchar a los guajiros frente a las propuestas de Reforma a la Salud, el médico Aldrin Quintana, presidente de la Asociación de Clínicas de este departamento, dijo que, “están viviendo por los préstamos. Tapan un hueco y abren dos más”.
Un diagnóstico muy triste. Se ha conocido que algunos hospitales están prácticamente prestando sus servicios solo para urgencias de baja complejidad, no tienen médicos especializados; los generales que están al frente les toca hacer de tripas corazón, para seguir con las puertas abiertas.
El cuadro clínico-financiero del hospital de Riohacha es quizás el más terrible. Hace un par de semanas le suspendieron el servicio de internet; en caja les tocó hacer la facturación de forma manual, un método arcaico, pero que fue retomado ante la crisis, en donde además, existe una amenaza de corte del servicio de energía, un paro de trabajadores, entre otras.
Pero el tema no solo es el hospital de Riohacha, el resto de empresas de salud del Estado vienen arrastrando el mismo mal: no tienen dinero.
Muchas de las empresas prestadoras de servicios de salud han presentados sus cuentas ajustadas a la resolución, pero, según lo que se ha logrado investigar, hasta el momento nada se ve reflejado en los extractos bancarios y el espectro de un cierre parcial de servicios ronda a todos los usuarios del Departamento de La Guajira.
La pregunta que nace de forma inmediata al leer y analizar el contenido de la resolución, es si el sistema de salud de La Guajira, está preparado para cumplir exegéticamente con estas disposiciones. La otra, ¿será que a quienes cumplen, la Adres le podrá girar de forma oportuna?