Los desmanes ocasionados durante la final de la Copa América entre Colombia y Argentina, el pasado 14 de julio, en el estadio Hard Rock de Miami, siguen siendo materia de investigación por parte de las autoridades estadounidenses.
Las indagaciones que adelantan los organismos en ese país por cuenta de los bochornosos actos de vandalismo y de ingreso ilegal de miles de fanáticos sin pagar boleta, ya estarían arrojando los primeros resultados.
Según lo revelado por Javier Hernández Bonnet, en el Blog Deportivo, las autoridades de la Florida estiman que serían 8.000 los hinchas que lograron colarse ilegalmente al partido, mientras que cientos de personas que sí contaban con tiquete, no pudieron entrar.
A través del moderno sistema de reconocimiento de cámaras biométricas que tiene el estadio, ya habrían identificado a 7 mil personas que no solo desafiaron la seguridad para penetrar ilegalmente, sino también a quienes ocasionaron daños materiales en escaleras, vidrios, ductos y otras instalaciones del recinto deportivo.
De los seguidores de la tricolor que ya están en la mira tecnológica en los Estados Unidos, cientos residen legalmente en diferentes estados de ese país, mientras que otros provenían de Canadá y unos pocos habían llegado desde Colombia.
Las drásticas sanciones contra los desadaptados, irían desde penas judiciales, millonarias multas, retiro de la visa, pérdida de la residencia, hasta expulsión, al considerarlos como una amenaza para la seguridad nacional, inclusive terroristas.
«De aquí a un año y medio vamos a tener noticias de colombianos que perdieron sus logros como la greencard o la residencia. El funcionario que me contó esto me dijo que no creían que habían ilegales, porque ellos son los que se manejan bien, no dan papaya», informó Hernández Bonnet.