Una grave crisis golpea al sector salud en el peor momento posible. Mientras el Covid-19 se pasea a sus anchas por todo el país, los profesionales de la salud deben afrontar despidos, suspensiones de contratos y falta de pagos.
En el hospital Eduardo Arrendondo Daza, que atiende a pacientes en primer nivel, suspendieron los contratos de gran parte de la planta de trabajadores. Mientras, en el Hospital Rosario Pumarejo López, de segundo nivel, los empleados anunciaron cese de actividades si no les pagan los salarios adeudados.
«Los afectados están a la espera que la nueva gerente se digne a atenderlos para definir qué se puede hacer esta semana. Todo trabajador necesita su salario; es injusto que no les cancelen a tiempo cuando el personal de salud, al igual que el resto de profesionales, tienen compromisos por atender», expresó Manuel Díaz, presidente del Sindicato Nacional de la Salud y la Seguridad Social, Sindess, seccional Cesar.
Lo más grave de la crisis de la salud es que las clínicas anunciaron que no recibirán pacientes por ningún tipo de enfermedad, incluyendo el Covid-19, por lo que los infectados sólo podrían ser atendidos en los centros asistenciales públicos.
Las IPS alegan que la falta de pago por parte de las EPS, las aseguradoras de SOAT y la Secretaría de Salud departamental hacen insostenible su funcionamiento.
Sobre estas quejas, el secretario de Salud departamental, Hernán Baquero, explicó que al Hospital Rosario López Pumarejo se le han girado más de 2.000 millones de pesos por concepto de deudas de hasta once meses provenientes de vigencias anteriores.
Sobre las deudas de las EPS a las IPS, Baquero sostuvo al diario El Pilón que ya adelantó una reunión con la Superintendencia Nacional de Salud para ayudar a las clínicas del departamento.